El croto a las diez

Por Pamela Biazzi

Hoy empezó el otoño en el calendario y, en la realidad, también amaneció frío y ventoso. El viento entró hasta el alma y cuando esto sucede, la gente se vuelve más gris y triste. La realidad nos lleva a estar así.

Mientras preparaba el mate una voz en tono fuerte me puso en alerta. Me acerqué a la puerta. Era él, el croto de las diez de la mañana. Pero hoy, aparte de hablarme de alguna noticia de algún diario italiano o de Batistuta, me pidió un chalequito de lana que -por supuesto- mañana le traeré.

Hoy lo observé mejor, su saco bordó (o lo que quedó de él) es más corto que la remera oscura que tiene abajo, tiene unos pantalones grises que le quedan cortos y las medias ya no se las vi, pero mañana se las miraré y te contaré bien. También le traeré ropa para renovar el atuendo. Hoy el otoño lo hizo estar en esta realidad, fue el frío que también esta sintiendo.

Siempre tiene una sonrisa y está de buen humor. Una mañana encontró cerca de un cesto de basura unas maderas, las levantó y dijo «hoy estuvieron haciendo carpintería”. Su tono de voz es muy fuerte, enérgico y pide unas chirolas. Viene con un bolso… creí que pedía para el vino pero ahora lo dudo. Puede ser solo para sobrevivir hasta mañana y mañana pasar a pedirme otras chirolas, que por ahora no le di.

Me cuenta siempre que Batistuta toma vino italiano o lo que pasó en algún partido de la Juventus u otra noticia que dice leyó en “algún diario italiano». También comienza sus frases con “¡Cómo anda el anticuario!» (mi local). Es muy puntual, siempre pasa unos minutos antes de las diez de la mañana, lo escucho y lo miro con curiosidad para saber cómo se llama, cómo llego a estar así…lo dejo pasar, hacer sus comentarios y luego sigue su camino.

Es un hombre de unos 60 años, alto, flaco y sano y por algunas explicaciones que da parece tener un buen nivel de cultura, porque conoce de lo que habla.

Mañana, cuando le traiga la ropa, tal vez le hable y te lo cuente.

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