El edificio Otto Wulf
Un ícono desde el virreynato hasta el imperio Austro-Húngaro
El edificio Otto Wulf, ubicado en la esquina de Perú y Belgrano en Monserrat, fue construido en 1914 por el empresario alemán del mismo nombre y actualmente está ocupado por oficinas. Sin embargo, esta edificación ocupa un solar con mucha más historia.
A partir de 1780 existió otra casona en ese lugar, comprada por el octavo Virrey del Río de la Plata para albergar a su familia. Durante el siglo XIX, el edificio cumplió importante funciones sociales. Desde la azotea se luchó contra los invasores ingleses en 1807, antes de servir de residencia obispal, de vivienda del ministro de Portugal y luego, en 1878, de Montepío Municipal, antecesor del Banco Ciudad de Buenos Aires y primer banco de préstamos de la capital. Terminó el siglo como conventillo y testigo de historias de inmigrantes.
Para el principio del 1900, la casona fue demolida y reemplazada por el edificio para los empresarios Nicolás Mihanovich y Otto Wulf. Sin embargo, el arquitecto que estuvo a cargo del diseño, Morten F. Rönnow, antes de su destrucción realizó un relevamiento de la casa de la virreina viuda, que entregó a la Facultad de Arquitectura de la UBA.
El edificio actual en una época era el más alto de Buenos Aires y es un ejemplo de eclecticismo de la arquitectura de la época, de Jugendstil o Art Nouveau.
Combina talles medievales, renacentistas y neogóticas con elementos exóticos, como algunos animales autóctonas del continente; cóndores, pingüinos, osos y lechuzas.
Pero los protagonistas de la fachada son los ocho atlantes que soportan sobre sus espaldas el peso de los pisos superiores. Representan los oficios relacionados con el edificio, desde un carpintero a un albañil.
Dos cúpulas rematan la obra, una llevando el sol en su extremo y la otra una corona. La pareja es símbolo de la alianza imperial entre Austria y Hungría, cuya delegación diplomática tenía su sede allí hasta el derrumbe del imperio al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Hoy, el edificio Otto Wulf tiene un gran valor patrimonial para especialistas en arquitectura e historia, y es uno de los edificios más interesantes de Buenos Aires. —Rachel Hunt