El Mercado, otra pequeña muestra de comunidad
Por Brieanna Daniels – Foto gentileza de Ana Petrow
El antiguo Mercado de San Telmo no parece un lugar especial. Con un escaparte normal, solo tiene un cartel verde con letras amarillas que dice “Mercado San Telmo”, pero dentro de ese hábitat hay personajes muy especiales que comparten las ganas de vender cosas únicas.
Naturalmente hay mucha competencia entre los vendedores, pero todavía todos ellos mantienen el sentido de comunidad. “El compañerismo es bueno, no es excelente pero es bueno y cuando no hay gente aquí [los otros vendedores y yo] comenzamos a charlar” dice Jorge Atkinson, que empezó a trabajar en el mercado hace un año y medio.
Por otro lado Walter Adansom nos cuenta que llegó al lugar cuando tenía 16 años y considera amigos a los otros vendedores. Esta opinión también la comparte Abel Nier quien trabaja allí desde hace 15 años. Él y Carlos Ramos pasan muchas horas del día en ese predio. “La mejor parte de este trabajo, es que no es un trabajo. Hablamos con amigos, bebemos café con leche y miramos chicas lindas. Fui mecánico durante 26 años, eso sí era un trabajo”, nos dice.
Por razones como estas es fácil entender qué es lo que une al grupo. Fuera del Mercado, obviamente, todos los vendedores tienen una historia diferente para transmitir, pero dentro de esas paredes son amigos, comparten la vida y eso es lo único que importa.