El Pasaje

Taller de dibujo

El Pasaje es una escuela, un taller, un lugar donde en San Telmo se enseña «el oficio de ser dibujante”, como lo define Marco Baldi, profesor de Ilustración y director junto a Juan Bobillo.

Comenzaron hace diez años, aproximadamente, en un sótano del barrio de Palermo -de allí su anterior nombre Sótano Blanco- y, desde hace más o menos siete, funciona -afortunadamente- en el nuestro; en la puerta N° 382 del Pasaje Giuffra.

Marco y Emanuel Ortiz, profesor de historieta, me recibieron un sábado por la tarde y me mostraron el lugar, una casona antigua en un  primer piso con ambientes muy luminosos y agradables que funcionan como aulas, cinco en total y una de ellas dedicada a la ilustración digital. 

– ¿Cómo nació El Pasaje, Marco?

Marco: Yo, precisamente, hace más o menos 8 años que me sumé como director pero en principio fui alumno. Mis viejos me mandaron a Bellas Artes y la verdad es que no encontré lo que buscaba. Acá se trata de enseñar el oficio de dibujante, aprender compartiendo experiencias además de técnicas. Es para la gente que quiere trabajar dibujando.

– ¿Quiénes son los alumnos de la escuela?

Marco: Tienen entre 18 a 70 años y la mayoría pega muy buena onda con el lugar. Eso es lo que buscamos también, que no haya diferencia entre profesores y alumnos y se pueda dar una interacción donde se compartan experiencias. Hay también quienes se ganan la vida con una profesión que no tiene nada que ver con esto, pero vienen y lo hacen como hobby. Acá la idea es que, además de aprender, sea nuestro espacio. A veces compartimos una cerveza después de las clases o partidos de fútbol, somos una gran familia.

El precio mensual de los talleres y seminarios es muy accesible y no se entregan títulos, pero eso hace que el lugar sea más descontracturado; que la gente que llega y se queda sea -en general- la que valora más aprender que tener un título colgado en una pared. Cada uno comprende entonces el compromiso que eso implica, cada uno asume la responsabilidad de su trabajo y sabe que cuanto más haga más aprende.

Se dictan cursos de Ilustración Profesional, Historieta, Relato Gráfico, Ilustración Infantil, y otros que, generalmente, son anuales y seminarios cuatrimestrales. También el tercer sábado de cada mes -por la noche- se hace la Jornada de Modelos Vivos, a la que puede acudir cualquiera que le interese (sin necesidad de ser alumno) y se cobra un monto accesible, para cubrir el pago a los modelos.

¿Qué le aporta San Telmo a la escuela?

Emanuel: San Telmo es un barrio muy diverso, viene mucha gente de ámbitos distintos y eso es una diferencia notable si comparamos cuando estábamos en Palermo. También tenemos varios extranjeros o gente del interior.

Emanuel nos presenta a Samuel Montero, un chico de Venezuela que vive en Buenos Aires hace aproximadamente 6 meses, quien llegó a la escuela el mismo día que aterrizó en el país y, a partir de allí, se convirtió en miembro incondicional de esta familia. Samuel nunca pensó en hallar una escuela que salga de la estructura habitual y, además de aprender muchísimo, nos cuenta que encuentra mucha riqueza en el intercambio personal que allí se produce.

El Pasaje cuenta también con su propia editorial, Agua Negra, que es artesanal y de autoedición  y, en general, realiza trabajos de los profesores y alumnos.

La mayor difusión que tienen, es a través del “boca en boca”. De hecho lo único que muestra la puerta de entrada es una “P”, identificando así que es la puerta de El Pasaje; pero también tienen una página donde se pueden consultar los talleres que dictan: www.sotanoblanco.com (está pendiente aún el cambio de nombre).

Agradecemos a Marco y Emanuel por el tiempo y la charla que, como nos suele pasar a menudo en este maravilloso barrio, se termina convirtiendo en una hermosa conversación entre vecinos.

                                                                                                                          Cecilia Calderón – Foto Damián Sergio

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