«El renacer a través del trabajo»: Jorge Martinelli y La Estación de San Telmo

Jorge Martinelli es artesano, carpintero, restaurador y maestro de música. Nació en Quilmes, es hijo de padres salesianos y vive en San Telmo hace 14 años. Es uno de los fundadores de la revista “Hecho en Bs. As.” (que cumple diez años en 2010), y actualmente dirige el centro cultural y productivo “La Estación San Telmo”.

En la calle Chile a la altura 496 convergen el arte, la historia de vida de un hombre marcada por el trabajo, la instrucción, la solidaridad y las ganas de cambiar algo. El sitio es diseñado como una pequeña estación de tren, fabricado con madera reciclada, que el mismo Jorge recolectó, y donde hoy, junto con otros colaboradores, trabaja con 10 a 15 personas en situación de calle, capacitándolas en artes y oficios desde la fabricación de marcos y objetos decorativos hasta carpintería y zapatería. Abajo, una entrevista con un vecino que eligió no sólo vivir en el barrio, sino brindarle una ayuda a sus integrantes más marginados.

Jorge Martinelli y César Griever en La Estación San Telmo. Foto: Lisandro Gallo

Jorge Martinelli y César Griever en La Estación San Telmo. Foto: Lisandro Gallo


¿Cómo llegaste a San Telmo?

Venía del campo, de una vida bastante diferente a la que hay en la ciudad. Llegué a San Telmo a través de un amigo que me ofreció un lugar donde parar y empecé de a poco a quedarme, hasta que logré tener mi propio taller de artesanías.

Jorge Martinelli

Jorge Martinelli

O sea, ¿llegaste al barrio de casualidad y luego fue una elección tuya quedarte?

No hay casualidades. Cuando yo pasaba en el colectivo 22 por San Telmo, viniendo de Quilmes, siempre me llamaba la atención porque realmente tiene una imagen diferente a otros, y me preguntaba ¿cómo puedo hacer para acercarme a ese barrio? No sabía cómo, hasta que tuve la oportunidad de vivir acá. Fue el pasaje San Lorenzo que me recibió, primero en Los Patios (de San Telmo) y después en un segundo lugar que yo alquilaba. Ahí empecé a relacionarme con gente en situación de calle. Conocí a Patricia (Merkin, co-fundadora y directora actual de “Hecho en Bs.As.”), iniciamos el proyecto de la revista y armamos nuestra base en San Telmo porque era la zona más pobre, la zona Sur de Buenos Aires, donde había gente en situación de calle anterior a la crisis 2001.

En esta misma casa abrimos la primera oficina de distribución y se inició la revista, para que la gente en situación de calle pudiera tener una herramienta de trabajo. Luego la revista se trasladó al pasaje San Lorenzo y yo eventualmente fui desarrollando este proyecto y hoy funciona por separado.

¿Así que este espacio te dio un anclaje en el barrio?

Yo siempre digo “esto no lo busqué, sino que se plantó”. Este lugar no solamente es un taller sino que ha sido y es todavía, una especie de hogar, porque permite que algunas personas puedan pernoctar y tener un lugar donde desayunar, lavarse la ropa…

Siempre fui de la idea de que el tema de las personas en situación de calle –producto típico de las grandes ciudades, de un crecimiento desproporcionado, desigual, que expulsa a las personas-, básicamente es un tema de dónde duerme la gente. Porque al pernoctar en la calle, a la intemperie, se corre el riesgo de seguir degradándose. Nuestra proyección para el futuro es cómo hacemos para que los chicos que hoy están en el subte o abriendo puertas, el día de mañana puedan tener acceso a otras cosas.

Hicimos una cooperativa de trabajo y nuestra característica principal es trabajar con la gente donde la gente está. Acá los chicos que vienen están en la calle pero nuestra mirada en La Estación es hacia el trabajo. Vienen y empiezan a trabajar, a activarse.

Para mí, no hace falta tanto dinero para las políticas de asistencia, lo que hace falta es una mirada solidaria, más tolerante, pero que ponga el punto clave en la actividad, en la dinamización de la persona, porque ahí es donde se genera la vuelta al sistema.

¿Qué hacen con los trabajos que realizan?

La idea es hacer aquí una feria los fines de semana, pero ahora estamos vendiendo en la Plaza Dorrego. Los cuadros que hacemos son elaborados con maderas recicladas de cajones de verduras. Montamos una lámina, la pintamos, la patinamos y les damos un look artesanal, con motivos gauchescos.

Estamos trabajando también en un proyecto que se llama “cruces de San Telmo” (de fabricar cruces decorativas y artesanales de madera). Esto surgió de una inspiración una noche en la que pensábamos qué más podíamos hacer; se juntaron dos maderas y ahí surgió la cruz. A mí me llama la atención, porque de alguna manera significa mostrar el sufrimiento, el calvario, el padecimiento que sufre la gente en situación de calle. Y también el renacer a través del trabajo, de producir.

La cooperativa surge de la idea de que todos tenemos un oficio o a todos nos gustaría tener un oficio, y todos tenemos arte, y a través del arte y del trabajo se dignifica a las personas… y que esto sea para nosotros una fuerza que permita cambiar algo de las políticas sociales.

¿Cuáles son las motivaciones que hacen que sigas en este trabajo?

¡Huy, esa es una hermosa pregunta! Yo creo que lo que me hace seguir es pensar en lo que si no se perdería … es saber que queda mucho por hacer.

—Daiana Ducca

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