El Sol de San Telmo #28: identidad barrial

Este número de El Sol de San Telmo parte del concepto de identidad local, autóctona y barrial. La inspiración es evidente: junto a otras 25 organizaciones y entidades zonales, el 26 de este mes llevaremos a cabo un evento que se viene desarrollando desde 2009: La Gran Mateada Barrial.

¿Por qué una mateada barrial? Habiendo tantas cosas que se podría celebrar, tantas fechas ya existentes para conmemorar… pareciera ilógico invertir tanto esfuerzo en organizar un evento cuyo propósito es, simplemente, tomar mate con el vecino. Pero justamente en esa simpleza reside su gracia.

Son las cosas pequeñas las que realmente forman el tejido cotidiano de una comunidad. Hay grandes acontecimientos, por supuesto, como la construcción de la torre más alta de la zona, la inauguración de una nueva escuela, la desaparición de una plaza. Y hay fechas que dejan su huella sobre, además de un barrio, toda una ciudad o un país entero (las elecciones). Pero tanto en la persona como en la comunidad, son los detalles los que hacen grandes diferencias en cómo uno se va sintiendo todos los días: cuando el vecino te saludó en el ascensor; cuando alguien levantó la basura que otro tiró a la vereda; cuando el verdulero salió corriendo al verte pasar porque tenía una novedad para compartir; cuando tu amigo del barrio te tocó la puerta de imprevisto para dar una vuelta a la manzana o cuando el mozo del bar se acordó de tu cumpleaños.

El Sol de San Telmo #28

Son todas cosas chiquitas, insignificantes al lado de los problemas importantes de la vida, pero, muchas veces, es en el entorno diario donde se macera el sabor de nuestra vida y esta cotidianeidad está construida por miles de momentos chiquitos, además de algunos muy grandes.

El vínculo entre vecinos es muy particular: no tiene la misma profundidad de una relación familiar, pero sin embargo varios vecinos antiguos de San Telmo se refieren al barrio como “una gran familia”. No tenemos la misma intimidad de los “mejores amigos”, pero muchas veces son nuestros vecinos (los de más confianza, por supuesto) quienes tienen una copia de la llave de nuestra casa; cuidan a nuestros hijos o nuestras mascotas cuando salimos a hacer compras; y vigilan nuestros departamentos cuando estamos de vacaciones. Esto, en el mejor de los casos. En el peor, vivimos en un edificio anónimo, desconocemos los nombres de los individuos con quienes nos cruzamos todos los días, y terminamos habitando un mundo lleno de caras pero carente de personas. En cambio, cuando nos sentimos reconocidos, contenidos y partícipes en la narrativa colectiva que se desarrolla todos los días en las calles de nuestro barrio, tomamos contacto con ese toque de trascendencia que se define como “ser parte de algo más grande que uno mismo”.

La Gran Mateada Barrial propone, desde un lugar muy básico –compartir un momento con el otro en un espacio público y libre del barrio– una transformación muy compleja: la del individuo en vecino; la de una persona aislada, sin ningún contexto ni relación, al habitante y miembro de la familia identificada con un lugar (del Latín vicinus, con raíz en el concepto de aldea o clan de una aldea).

Tal vez, para los vecinos más antiguos de San Telmo todo esto sea natural y las explicaciones innecesarias. Pero para más de uno de los no tan antiguos, quienes vinieron en búsqueda de esa aldea o “pueblo chiquito” que todavía queda conservado en la humanidad de este barrio, seguir desarrollando los hábitos y costumbres del buen vecino es una oportunidad para aprovechar.

Por estas razones hemos preparado un número y un evento que parten de esta misma lógica: sin vecinos, no hay barrio. Para los que queremos al barrio, entonces, envecinarse no es una noción ni tan extraña ni tan irrelevante. Las notas en estas páginas giran alrededor de las mismas cuestiones de pertenencia e identidad mencionadas arriba: las raíces culturales de un pueblo, los espacios en los cuales nos encontramos como comunidad, las maneras de vincularse el uno con el otro y con el entorno mismo, empezando por los juegos de la infancia, la memoria del barrio que rescatamos cuando podemos ver y escuchar sus historias y, por supuesto, las costumbres cotidianas como el mate al atardecer.

La Gran Mateada Barrial e inauguración de la muestra fotográfica San Telmo Recuerda

Programa:

De 15 a 17: actividades y espectáculos para chicos y toda la familia

De 17 a 20: música, baile, sorteos y entrevistas con vecinos ilustres de San Telmo

Todo el día: muestra de fotografías del proyecto San Telmo Recuerda

Artistas/presentaciones: Zaplayazos–taller de malabares y circo; Tequieroregalarunlibro, la librería Fedro, Isabel Bláser, Hugo del Pozo y “Super 8”–juegos de antaño; Cleta y Cleto–músico para chicos; Florencia Mattei y amigos–música brasileira; Juan Pluma–música contemporánea; Durable&Classic–quinteto de jazz; Silvia Moguillansky y amigos –música folklórica; Any Rossi y Juan Manuel Olsina–tango; El Orgullo de Mamá–rock y música popular; Jorge Marengo–covers de los 60 y 70; Centro San Bao–exhibición de Tai Chi Chuan y arte marcial chino; Nico Darge y amigos–rock y más…

Instituciones/entidades participantes: Club Atlético San Telmo, Centro Cultural Fortunato Lacámera, La Junta de Estudios Históricos, En San Telmo y Sus Alrededores, El Centro Cultural de España en Buenos Aires, El Sol de San Telmo, San Telmo Preserva, La Alerta Militante, Museo de la Ciudad, Museo Histórico Nacional, Revista TELMA, Librería Fedro, La Asociación de Anticuarios de San Telmo, Museo Penitenciario Antonio Ballvé, Instituto Integral del Sud, Inmobiliaria Giesso, Asociación Civil Rumbo Sur, CESAC Nº 15 Centro de Salud, La Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, Bomberos Voluntarios de San Telmo y Puerto Madero, Asociación de Amigos de la Plaza Dorrego, Nomeolvides Producciones, El Instituto de Formación Técnica de Bibliotecarios, Centro de Jubilados Siempre Juntos, Buenos Aires Color.

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