Emiliano Mora: Transgresión y transformación

Osvaldo Giesso y Emiliano Mora en el Espacio Giesso.

Osvaldo Giesso y Emiliano Mora en el Espacio Giesso.

Como ilustración de la generosidad y el apoyo que Giesso sigue brindando a los artistas que rompen con los esquemas convencionales en el arte, me presentó a Emiliano Mora el día de nuestra entrevista y casi (diría yo) parecía querer que la nota fuera sobre este joven artista en vez de sobre él. “Es un loco lindo -me decía con visible entusiasmo-. Hace cosas insólitas para un artista”.

Estas cosas insólitas incluyen una serie de acciones-intervenciones en 2001 titulada “Corralito”, en la cual Mora se vistió con un traje (o una máscara) cocido de bifes de milanesa crudos, y caminaba (filmado) por las salas de ArteBA y el Museo de Bellas Artes.

“Tener esa carne, que compré en Coto, puesta sobre mi carne cambió el sentido de la misma. No se come, es como una capa sobre tu cuerpo que no te deja respirar. Fue una forma de expresión crítica en el momento”, cuenta Mora. Una vez terminada la obra, se fue del país y nunca más volvió a comer carne. Dice que en esa época “Giesso fue el único que me apoyó. Tiene una mente tan abierta, no se deja llevar por los mandatos del mercado como otros espacios creativos”.

Cuando nos conocimos a fines de marzo, estaba preparando otro proyecto: esta vez sacaba toda su obra de pintura, que había sido guardada durante años, y la destruía en el Espacio Giesso. Luego, con la ayuda de algunos cartoneros (que sacaron los materiales que les servían), dejó los restos en las puertas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA).

Los restos de la obra de Mora fuera del MAMBA. Foto: Emiliano Mora.

Los restos de la obra de Mora fuera del MAMBA. Foto: Emiliano Mora.

Aunque Giesso y otros que asistieron a la inauguración del proyecto opinaban que era una locura destruir toda la obra, Mora explicó:“Esto le quita plusvalía a mi trabajo, y también permite que se recicle. Es una transformación, un trabajo energético. Va a quedar más liviano”.

Abajo, una nota que apareció en el Ambito Financiero como resultado del proyecto (el periodista no sabía la razón por la cual las obras habían aparecido en la puerta del MAMBA).

—Catherine Mariko Black

Mamba: ¿museo fantasma o nueva protesta?

por Ana MARTINEZ QUIJANO, Ambito Fianciero

En las puertas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que se reabrió en diciembre luego de varios años de clausura, se amontonaban el lunes decenas de cuadros con las telas o los bastidores rotos o a medio destruir, apoyados en la vereda contra la fachada de ladrillos de la avenida San Juan. La escena de las pinturas destrozadas o remendadas con groseros costurones ha vuelto a poner en vigencia el apodo de «Museo fantasma», seudónimo que ganó la institución en los años de su fundación (1956), con las apariciones de las obras por las calles, ya que no tenían edificio que las albergara.

En la última década el Museo desapareció. Y ahora, estas pinturas cuyos restos acabaron en manos de los cartoneros parecen haber salido del sepulcro. La primera interpretación de los diversos funcionarios consultados -la mayor parte ni siquiera tenía noticias del extraño montaje-, fue atribuirle a «alguien», algún artista, un hecho cuya autoría se reconocerá tarde o temprano. Otros, en el Mamba, recuerdan que es año electoral y aseguran que no sólo la directora del Museo, Laura Buccellatto puede ser la destinataria de esta forma de protesta tan especial, sino también las autoridades del Gobierno de la Ciudad.

Lo cierto es que la protesta, la «intervención» o el montaje, tenía calidad artística, estaba bien realizado. Ahora el Museo está abierto, aunque a medias -un tercio para ser precisos-, ya que se reinauguraron 2937 metros cuadrados de los casi 12 mil del edificio completo. En diciembre reapareció una parte importante de su patrimonio, integrado por alrededor de 7000 obras, en la muestra «El imaginario de Ignacio Pirovano». Pero la otra muestra inaugural que luego de cinco meses todavía se exhibe -ya que el Museo permanece inactivo-, se realizó con obras contemporáneas prestadas. Entonces: ¿dónde están los centenares de obras donadas por artistas contemporáneos?
Según afirman, se encuentran embaladas en los sótanos de la Casa de la Cultura. Y, si es así:¿por qué no las desembalan y las muestran?

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