“En el Arteterapia, se trata de escuchar al cuerpo”

María Silvia Ferreyra

Mi encuentro con Silvia fue en la ferretería de Saverio (Chacabuco y Carlos Calvo). Cuando estaba repartiendo El Sol oí que pedía unos tornillos para colgar y no sé por qué me llamó la atención su gesto delicado al hacerlo. Me atreví a preguntarle qué iba a hacer con ellos y me dijo “son para colgar mis cuadros”.

Obviamente, mi curiosidad de vecina hizo todo el resto y aquí estoy queriendo saber más de ella mientras me convida un rico café en su casa-taller ubicada en un piso alto de Bolívar al 1000, donde en el horizonte se vislumbra la Iglesia de San Telmo, pero también los horribles rascacielos del vecino Puerto Madero que molestan la visual y, además, han tapado la salida del sol que “yo disfrutaba tanto”, se lamenta Silvia.

El Sol: Antes de adentrarnos en el Arteterapia, contanos un poco sobre vos porque nuestra idea es que los santelmeños no solo conozcan el patrimonio edilicio, sino también el humano que habita el barrio.

M.S. Ferreyra: Me recibí de docente especializándome en lengua y me dediqué a enseñar; hace cuarenta años que lo hago. Pero como nada es porque sí, ya que mi abuelo paterno fue cofundador de colegios de Chivilcoy y profesor de Bellas Artes, también recorrí varias ramas del arte. Durante mucho tiempo realicé talleres de pintura algunos de ellos en la Fundación Raggio, que me ayudaron en la búsqueda, porque teniendo el conocimiento de las reglas, uno puede romperlas y hacer su propio camino.

Cuando era chica estudié danzas clásicas y clásicas españolas, en el estudio de Carmen Parodi y luego folclore, más tarde danza flamenca durante quince años. El flamenco me gusta por la exigencia técnica y la pasión que conlleva, pero -en el 2008- tuve un desgarro y no pude seguir.

Por otro lado, hice la carrera de trabajo social en la UBA y aunque no la terminé, tuve la oportunidad de hacer una práctica de todo un año en la Villa 31 -con el Padre Mujica-, en la guardería Bichito de Luz. Fue una experiencia maravillosa y muy enriquecedora.

ES: ¿Y qué pasó después?

MSF: En el 2001 fui a vivir a España (Barcelona) y seguí estudiando, asistí a cursos de pintura en catalán, restauración, incursioné también en teatro en francés y todo eso me sirvió para sumar experiencia y completar mi formación académica. Pero no solo eso, sino que participé de la Feria de Abril en Sevilla (la Feria más importante que se realiza en Andalucía, con diferentes muestras de la cultura local y que tiene su origen en 1846), expuse en la playa y en lugares donde hubiera posibilidades de hacerlo.

ES: ¿Cuándo regresaste al país, dónde te instalaste?

MSF: Soy originaria de Belgrano. Cuando me casé viví muchos años en Olivos y allí crié a mis dos hijos. Al volver me conecté con mis raíces y elegí San Telmo. Recuerdo que a mi padre le gustaba mucho este lugar. Como venía de una situación conflictiva, pasaba los días caminando por estas calles que tienen tanta identidad, reflejan el pasado y, además, me recordaban a Barcelona. Lo sentí como una continuidad y no como un cambio brusco. San Telmo es un teatro callejero, una escenografía vivay yo siento que soy parte de ella.

ES: ¿De qué manera aplicaste todo lo asimilado culturalmente?

MSF: Brevemente te cuento que tuve la oportunidad el 9 de julio pasado, de participar en el Ballet Caminata de las Quenasque representa a la provincia de Jujuy. Bailamos en la Plaza de Mayo y fue muy lindo. Hoy estoy muy conectada con las danzas folclóricas y, en la actualidad, curso Danza Integradora en la Universidad Nacional de Arte (UNA). En cuanto a las artes plásticas, enseño pintura en mi taller e hice varias exposiciones auspiciadas por la Municipalidad de Vicente López -Quinta Trabucco y Tren de la Costa-; en FEDRO; en la Casa de la Moneda; en un homenaje a García Lorca que se realizó en el Casal de Catalunya (2006) y en el Centro Cultural Recoleta (2013); entre otras.

ES: Toda esta conjunción de arte con lo social imagino que lo canalizaste en el Arteterapia…

MSF: Uno no se da cuenta, pero de una manera u otra va tomando y desechando oportunidades e intereses y construye el camino de su vida. Regresé de España en el 2003 y allí curse los cuatro años de la carrera de Arteterapia, donde ensamblé los conocimientos de teatro (estudió con Gabriel Molinelli, que actuó -entre otros- en Nueve Reinas), títeres, plástica, danza, agregándole el estudio de la psicología evolutiva y demás.

ES: ¿En qué consiste el Arteterapia?

MSF: Es la transformación interior a través de la expresión artística, utilizando distintas técnicas, a veces la improvisación desde la espontaneidad. Se trata de que escuchen el cuerpo. Pueden usarse objetos transicionales como abanicos, telas, y máscaras.

Desde el dispositivo de Arteterapia trabajo a través de la plástica y también como danzaterapeuta por medio de la danza. En este sentido estoy dando cursos en La Casona de San Telmo (Bolívar 1128, los jueves de 16 a 17:30). Se rompen estructuras corporales y se facilita la expresión de las emociones, utilizando consignas. Siempre con mucho cuidado y respeto, porque nunca sabemos las emociones que pueden tocarse en las almas de los que participan en el taller que, muchas veces, pueden estar contenidas.

En el caso de los niños, como arteterapeuta, lo hago a través de la plástica, la música y las letras.

ES: ¿Cuál es el objetivo?

MSF: La idea es que la persona pueda abrir sus emociones y para eso hay que inducirlos a través de la consigna. Se trata no imitar al profesor sino que tengan libertad de expresión, aunque también pueden hacerse coreografías y trabajar en espejo. También se trabaja la postura, la tonicidad muscular, las rodillas, fortalecer los tobillos y la flexibilidad en la columna, los dedos de las manos, etc. Todo esto hace que el individuo se “suelte” hasta donde desee o se sienta cómodo con él mismo y con el grupo.

Siempre se termina con ejercicios de confianza con los ojos cerrados, luego relajación y al final una ronda de comentarios libres.

Mi taller es un espacio de posibilidades al que la gente llega preguntándose: ¿Podré? Y en la ronda de comentarios, es un común denominador escuchar: “Nunca pensé que haría esto”.

                                                                                Texto y fotos : Isabel Bláser

 

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