Encontrarse en la vereda
Cruzarse y relacionarse con los vecinos, quizás esa sea una de las tantas características de la identidad “Santélmica”. Aquí hay dos historias que promueven, disfrutan y luchan por el encuentro en el espacio público.
Las sillas de la Guarida del Ángel
Es un lugar de venta de objetos antiguos, coleccionables, de muebles, lámparas, cuadros hasta anteojos de sol retro.
Su actual local en Piedras al 1000 -que antes era de marcos, luego se transformó en galería de arte, fue casa de ropa para niños y, actualmente, esta suerte de anticuario popular-, comenzó en 2002 en la calle Bolívar con una gran característica: las sillas en la calle y la ceremonia de tomar mate en la puerta. Así se transformó en el centro de información vecinal e improvisada sala de tertulias.
Pamela Biazzi, la dueña, instalada en San Telmo hace 25 años, ofrece todo tipo de asesoría para vecinos nuevos y viejos que necesitan los recursos del barrio, como por ejemplo: dónde conseguir cosas, dónde comprar, los servicios de la salita del CESaC, escuelas cercanas, centros de asistencia a la mujer; además de estar al tanto de las demandas y las ofertas inmobiliarias de la zona o de los vecinos.
A veces le cuestionan el uso del espacio público, la vereda, pero esa misma gente es la que, luego, termina agradeciéndole.
Tener a alguien constantemente en la puerta, genera en los vecinos la tranquilidad de saber que hay una persona mirando lo que sucede y a la vez, al sentarse en la puerta con ella, los que atienden los locales aledaños se van conociendo entre sí, comparten sus vidas, ocupaciones, preocupaciones e historias.
Ella propone para la mejora del barrio, desde su lugar, un espacio para conocerse, reunirse e intercambiar. A su vez, desde el punto de vista comercial, ayuda a poder vender y comprar cosas a precios razonables, para eliminar el estigma de que comprar en San Telmo es caro u orientado al turista.
Carolina Lopez Scondras-Foto: Thom Dixon