Entre el tango y la zamba: un mate con Salvador García
Venía caminando por Independencia y lo vi sentado en el umbral con su camiseta de Yupanqui y una gorra rosa que hay que ser muy macho para usarla. Me confesó más tarde: “a la gente no le gusta y a mí me encanta que no le guste. Una vez me gritó un tipo desde un auto ´¡La gorra es horrible pero qué bien te queda!´”). Ojotas, y la infaltable pava y mate.
Él y la calle eran uno solo, a ese umbral era lo mejor que le podía haber pasado en toda su vida de umbral.
¿De dónde sos, Salvador?
Nací en Tucumán, pero me fui a los tres años y mi familia se radicó en Lomas de Zamora.
Pero ahora estás viviendo en San Telmo… ¿desde cuándo y porqué?
Hace cinco años yo era habitué de la milonga La Independencia y una vez su dueño, quien además es director de cine, me propuso trabajar en una película. Así es como nos hicimos amigos. Como yo vivía en Lomas, un día me dijo: ¡Qué te vas a ir a esta hora y con esta lluvia! ¡Quedate! Y así se dio que me quedé, ya por un largo rato. Duermo en unas habitaciones de arriba. A él le conviene y a mí también, porque para un milonguero venirse todos los días a la milonga desde Lomas es un trámite…
¿Cómo fue ese cambio en tu vida? ¿Cómo te sentís en el barrio? Ya sos un personaje de aquí, en la puerta con el mate y el funyi, muchos te conocen y formás parte del espíritu del lugar.
Tomar mate en la puerta no tiene momentos, solo mis ganas, no hay ni día ni hora.
Tal es así que una vez pasé el Fin de Año así, solo. Sonaban los pitos y yo yerbeando en el umbral. Fue uno de los comienzos de año más felices de mi vida.
Vos bailás canyengue, ¿por qué este estilo y no otro?
Yo soy milonguero y como bailarín, profesionalmente hablando, elegí el canyengue.
¿Nos explicás qué es el canyengue?
Es el tango que se bailaba en la orilla, en los lupanares, los burdeles, las calles de adoquín, por eso el paso es más levantadito, porque el piso era irregular. Yo lo elegí porque es donde más puedo expresar mi sentimiento con el tango, por la métrica, la cadencia, lo pintoresco y alegre que es, y porque me parece puro. Te da muchas posibilidades de crear, es desacartonado y amo esa música de Canaro. ¡Con la Regi cuando nos juntamos siempre salen pasitos nuevos!
¿Cuál es tu orquesta de tango preferida?
Di Sarli.
También sos un excelente bailarín de folklore…
Bueno… eso de excelente… La zamba también tiene lo suyo…
¿Si tuvieras que elegir entre Di Sarli y los Hermanos Ábalos?
Está bravo, pero elijo a Di Sarli. Tanto la zamba como el tango son danzas muy profundas pero también diferentes. En la zamba uno trata de enamorar al otro, la mirada es única, en ella está casi todo el juego de la seducción y no se sabe el resultado. Y en el tango los dos se entienden solo con el lenguaje de los cuerpos y lo más importante es compartir la pisada. Al menos eso es lo que yo más disfruto, pisar a tiempo.
Pisar a tiempo, me quedé pensando mientras me iba y caminaba de regreso. Pisar a tiempo, como en la vida.
—Mirta Regina Satz
Muy linda nota y una mención especial para Alejandra, por la excelente foto que le sacó a Salvador sentado en el umbral. Felicitaciones!