¡ Es hora !
Comienza el año y, por supuesto, uno piensa todas las cosas que va a hacer o dejar de hacer en este 2015.
Ahí empiezan las auto-mentiras y los auto-engaños que, año tras año, repetimos como un mantra. Por ejemplo: “Esta vez voy anotarme en árabe…”, es allí donde comienza a sonar la alarma….TUTUTUTU. Es una síntesis de: “Dale, nadie te lo cree”… empezando por vos. Cuando eso sucede y lo tenemos en cuenta, nos ahorra mucho tiempo. Tiempo de pensar en qué horario, adónde, si queda cerca de tal o cual lado, de buscar en google, de pedir teléfonos a personas que ya lo hacen, de buscar auto-excusas por no empezarlo nunca.
Hay algunas que son obvias: “Voy a empezar la dieta”, “voy a arreglar…” “voy…”. Cientos de piripichos guardados en alguna parte de la casa, de sillas rotas para reciclar, de aparatos para mandar a arreglar, discos que nunca vamos a escuchar, revistas y libros que jamás vamos a leer. Es hora de hacer sonar la alarma TUTUTUTU y dejar de perder tiempo, de acumular “porquerías” que jamás vamos a aprovechar. Desde los pantalones que usaremos cuando seamos flacas al traje o vestido para una ocasión especial.
Como siempre es mucho más sencillo escucharla en el discurso del otro. Por ejemplo, cuando oímos el proyecto que hace veinte años alguien está repitiendo o la promesa que ya sabemos que jamás va a cumplir, ahí sí nosotros le hacemos sonar la alarma…TUTUTUTU…. Es mucho más delicado que decirle: “Ya sé que no lo vas a hacer, no me ‘quemes’ la cabeza”. Esto no solo sirve para acciones, también se aplica a lo que uno cree: “Como soy escritora…” TUTUTUTUT ¡Vamos! Escribiste en un cuaderno cuatro poemas que nunca le mostraste a nadie, eso no es ser escritor o “Ahora que tal cosa la tengo superada…” TUTUTUTU, es obvio que no lo superaste si hablás de eso cada vez que nos vemos.
Lo mismo pasa con relación al barrio. Cruzarse con vecinos que se quejan…. TUTUTUTU automático ¿Por qué?… sencillamente porque esa actitud no lleva a ningún lado. O cuando escuchamos: “Este año voy a participar de alguna de las reuniones de vecinos”… TUTUTUTU… comienza a ‘sonar’ porque sabés que no vas a ir. “Podríamos hacer tal y cual cosa”… TUTUTUTU… ya sabés que nunca lo llevarás a cabo. “Ahora que separo la basura”… TUTUTUTU… tenés claro que lo hiciste una vez, porque te obligó tu hijo y refunfuñaste como loco/a porque perdías cinco minutos más de tu tiempo.
La alarma es un ‘incericidio’ o un ‘sincerinato’. Por eso, cuando la escuchemos, para otros o para nosotros, sepamos que es un excelente momento para ‘tomar el toro por las astas’ y decidirnos a hacer -de una buena vez- algo para construir una vida y un barrio más lindo.
Carolina López Scondras