¡FELIZ DÍA, PAPÁ!
Este homenaje es para ese hombre que siempre parece que está en segundo plano, ante la poderosa imagen de la madre.
Pero la realidad es que su figura va tomando cada vez más fuerza en esa personita que se despega del seno materno y que comienza a vislumbrar que hay otra presencia muy cercana en su vida, que lo ayudará a crecer, le enseñará otras cosas, lo cuidará, calentará su comida, lo abrazará y le secará también las lágrimas, jugará con él y muchas veces lo acompañará solamente con la mirada cómplice, esbozando una sonrisa o tocando con su mano grande la pequeña cabeza de su hijo/a querido/a.
Esa persona, a la que cada vez nos vamos pareciendo más -y de lo que muchas veces renegamos- y que con el transcurso del tiempo terminamos valorando y agradeciendo lo que hemos vivido junto a nuestro querido viejo.