Soy Hugo Esteban Lavorano, nací en Chiclana y Boedo hace 71 años. Siempre estudié en la escuela pública y, al recibirme de perito mercantil, quise tener un título universitario. Por ese motivo, ingresé a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA en la carrera de Contador. Pero cuando estaba en 3er. año abandoné, porque me di cuenta que esa no era mi vocación y, en ese momento, tampoco sabía realmente cuál era.
Al mismo tiempo -desde 1977- trabajé en OMINT (empresa de servicios médicos) durante veinte años comenzando como administrativo y llegando a ser Jefe de Contaduría en 1984.
Como me gustaba mucho el deporte, estudié periodismo deportivo. Me recibí y cubrí el rugby nacional para la revista Try y el diario La Nación (1977); quise continuar en ese ámbito, pero no encontré otras oportunidades que me entusiasmaran.
Así fue que, nuevamente, me encontré buscando mi destino. Para ello comencé terapia grupal y luego de un año tuve la certeza que mi vocación era la psicología. Ingresé en la Universidad Kennedy, porque tenía que combinar mis horarios de trabajo con mi vida familiar ya que, para ese entonces, me había casado con Isabel -a quien conocí cuando ella tenía 18 años y yo 24- después de 6 años de novios y vivíamos en San Telmo.
En enero de 1980 nació nuestra hija Natalia y en abril de 1984, Ignacio. Los dos fueron, primero, al Instituto Integral del Sur y luego a la escuela pública: la primaria la hicieron en el Normal N°3 y la secundaria en el Mariano Acosta.
Ni el trabajo, ni la familia me impidieron llevar a cabo la vocación que había descubierto. En 1986 me recibí y comencé a ejercer como psicólogo clínico. Lo hice por varios años, al mismo tiempo que seguía trabajando en Omint y atendía pacientes en mi consultorio. Más adelante, agregué a la clínica la psicología laboral y en 2003 comencé a dar clases en la carrera de Administración de Recursos Humanos, en la UBA.
Hoy ejerzo, además, como abuelo de 5 nietos. Gaspar (11), Esmeralda (7) y Emanuel (5) – hijos de Natalia- quienes viven también en San Telmo y van a los colegios del barrio (Gaspar a la escuela pública Cnel. Isidoro Suarez , Esmeralda concurre al colegio público Guillermo Rawson y Emanuel al jardín Instituto Integral del Sud, donde también fueron su mamá y su tío) . Por su parte Bethania (10 ) y León ( 1 año y medio) son hijos de Ignacio, quien desde hace más de diez años vive en Uruguay.
Pero la vida tenía otra sorpresa para mis inquietudes. Por esas cosas del destino, hace 5 años me sumé a este hermoso proyecto comunitario que es El Sol de San Telmo donde – entre otras tareas- me encargo de administrar la página Web y el Facebook.