Inmigrantes laborales
Por Mónica Miguez y Fabián D’Agostino
Históricamente, los habitantes de la provincia de Buenos Aires se trasladan a Capital Federal para trabajar. Viajan de una a tres horas solo de ida, para llevar a sus casas lo necesario para alimentar a sus familias y darles una vida digna.
Laura Bisnsú, de 45 años, vive en Espegacini y comenta: “estoy cansada de tanto viaje”, igual que Claudia Galeano y su colega, Mariela Tarasio, ambas de Lomas de Zamora.
Karen González, de 19 años dijo: “Hizo mucho, arregló la Plaza Principal y asfaltó calles. Ahora está la gendarmería por todos lados”.
Danae Langtry, de 22 años, dijo: “Monte Grande se ve mejor. Igual mucho no sé porque prácticamente vivo en Capital”.
Florencia Figueras, de 21 años comento: “Por más que se prometió yo sigo laburando en Capital Federal”.
Al final, viajamos varios kilómetros para trabajar, estudiar y encontrar una vida distinta. Pareciera que el progreso solo se logra viajando, el sacrificio del estudiantes universitario y el empleado se hace más pesado y por ende cansador.
Lidia Molina de Lanus, 56 años de edad, quiere que las cosas cambien:
“Tengo que ir a trabajar a Capital Federal porque en la Zona Sur no hay trabajo. No hacen nada con la inseguridad. Cada vez hay más puestos callejeros que ensucian y molestan a los vecinos. Las calles están todas rotas. En Lomas oeste hay cada vez más drogas y vemos que la policía y la municipalidad no hacen nada ya que en los kioscos venden alcohol a cualquier menor. En los colectivos se vende cualquier cosa, los boletos son más caros que en Capital y la frecuencia es según como se les canta y lo cortan a mitad del trayecto”. Ella menciona, como ejemplo, la línea 160.
Los que cuentan con medios de transportes propios, sufren los cortes en las autopistas; piquetes y demás. Quienes debemos utilizar los colectivos públicos que llegan a cualquier hora, los trenes que todos los días tienen problemas mecánicos y no pasa una semana sin que haya algún accidente o alguien no puede estar en hora pico, aguantar pungas y gente mal educada.
Cuanto nos ahorraríamos, que diferentes serian las mañanas y de la manera en que los medios publicos de transportes se divienerian. Este cambio nos conviene a todos. Trabajar en nuestra propia ciudad, vivir un poco menos atrasados.
*Participante en una clínica de periodismo comunitario que realizó El Sol de San Telmo con los Bomberos Voluntarios de San Telmo y Puerto Madero durante el mes de agosto, 2011. Este proyecto se puede realizar gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina.