La astróloga y yo
Maru Hauser es asesora en astrología y me lo cuenta con pasión y con su sonrisa tranquila. “A nadie se le ocurriría desentenderse de un mapa o de un GPS, mientras avanza por caminos desconocidos. Nuestro destino es incierto y gracias a la Astrología podemos contar con ciertas certezas. Como somos humanos, toda y cada una de nuestras interpretaciones presentan un margen de error. La brújula nos orienta, pero si elegimos la dirección equivocada no es la brújula la responsable de nuestro error. Lo mismo pasa con la Astrología, no es ella la responsable de nuestras elecciones erradas. Es imprescindible confiar en la Astrología para dar en el blanco”.
¿Qué procedimiento empleas para confeccionar la carta natal o astrológica?
Recibo a la persona que me consulta y pido sus datos de nacimiento, lugar y hora. Su nombre no interesa. Luego le pregunto la razón principal por la que nos hemos reunido. Es esencial conocer el marco socio-cultural donde se mueve el consultante, ya que ese mismo día puede haber nacido otra persona criada en otro contexto y por ende con otros intereses.
El informe se confecciona a partir de cálculos que permiten conocer en qué sitio se encontraban los planetas, en el instante del nacimiento de esa persona. Y esto permite conocer su futuro, como en todo, es producto de las influencias astrales y de las decisiones personales. No olvidemos que «los astros proponen y el hombre dispone». Lo que la astrología propone, son elecciones que ofrecen la posibilidad de asir la felicidad.
¿Así de sencillo, tan fácil es acceder a la felicidad?
Sí lo es, aunque el «libre albedrío» puede hacer que elijamos el camino que nos aleje del objetivo que el Cosmos ha elegido para nosotros.
¿Están reñidas la astrología y la religión?
¡No, no lo están! La fe no nos impide consultar a un médico que indique radiografías, ecografías o resonancias magnéticas. La fe no le impide a la aeronáutica depender, en gran medida, del informe meteorológico. La sabiduría popular tiene un célebre dicho «Ayúdate y te ayudaré». O sea que más allá del mundo espiritual, los humanos tenemos el deber de hacer todo lo que está a nuestro alcance a fin de obrar con acierto. Solo el resto lo dejamos en manos de la Providencia.
¿Existen diferencias entre las razones que llevan a consultar a hombres y mujeres?
Básicamente no hay diferencias, solo existe una inversión del orden. Los hombres comienzan preguntando sobre temas ligados a su profesión, para luego decantarse por temas afectivos. Las mujeres proceden a la inversa.
¿Ocultas, a veces, informaciones sensibles?
Sí, es mi obligación, lo mismo sucede con los médicos, no todas las personas están en condiciones de recibir información de este tipo. Esta información podría condicionarlos de forma negativa.
¿Te consultan personas con gran poder de decisión, como políticos y empresarios?
Quien se acerca a un astrólogo por lo general posee “poder de decisión». Quien no lo tiene es incapaz de consultar, porque sabe de antemano que sería imposible decidir sobre su vida porque otros decidirían por él. Las personas que tienen poder, como empresarios o políticos, también me consultan. Son personas que eligen a sus asesores, pueden aceptar lo que se les dice o descartarlo, pero tienen sus oídos abiertos. La elección final siempre queda en sus manos.
¿Los astrólogos confeccionan su propia carta astral?
En general confeccionamos nuestras propias cartas natales, pero corremos el riesgo que al interpretarlas no logremos ser objetivos. Como sucede con los médicos que no siempre pueden diagnosticar con acierto sus propias enfermedades.
¿Cómo llegaste a la Astrología?
Como provengo de un hogar en el que solo se aceptaban los conocimientos divulgados por universidades tradicionales y la Astrología no figura entre las carreras ofrecidas por estas instituciones, lejos estaba yo de creer en el «mensaje de los astros».
Afortunadamente, cuando solo tenía veinticinco años, llegó a mi vida un sabio, el Dr. Florencio Escardó, referente ineludible de la pediatría argentina y Vice-rector de la Facultad de Medicina. Su trayectoria académica fue el aval que me permitió aceptar que él me orientara hacia el diálogo con los astros. Y fue el Dr. Escardó quien me puso en contacto con los grandes maestros de este conocimiento, tan útil para la humanidad.
Como incrédula practicante que soy, cuando alguien me pregunta si creo en el horóscopo le contesto: solo cuando me dice algo bueno. Parece que no estoy tan equivocada, Maru me dijo: «En principio, estás obrando en forma acertada. Elegir lo positivo es como elegir la vereda de la sombra en pleno verano o la vereda soleada en invierno, así debe de ser .Cuando la influencia de ciertos planetas favorecen determinadas áreas de nuestra vida, a ellas tenemos que dedicarnos».
Le agradezco mucho a la señora Hauser que, conociendo mis ideas en lo concerniente a la Astrología, aceptó que la entreviste, no intentó convencerme respetando mi posición, haciendo gala de toda su serenidad y amabilidad en esta charla tan amena e interesante.
Texto y foto: Nelly Dutoit