La basura de uno es una vida para otro

Conversando con un cartonero en San Telmo

Por Nina Valenzuela*

El otro día cuando pasaba por la calle Bolívar, vi un cartonero y me detuve a charlar con él un ratito; sencillamente me pudo haber dicho que no, pero en ves de eso me contó un poco de su historia, esa tarde donde parecía una tarde de verano en plena primavera.

Me dijo que se llamaba José Waern, que tenía 30 años y un hijo, y me comentó un poco de su trabajo:

“Yo trabajo más o menos 8 o 10 horas por día y en esas horas gano entre 120 y 150 pesos de lunes a viernes. Los fines de semana, cuando se encuentran mas cosas, lo que gano es de 200 pesos. Cualquiera que diga que un cartonero gana 20 pesos es mentira, porque es verdad que se puede mantener a una familia con esto, pero este trabajo es solo temporal. Hace 8 años que vivo acá en Buenos Aires, vine de la provincia de Corrientes para buscar más oportunidades de trabajo”. José me contó que con el sueldo de cartonero él podía vivir en un hotel familiar en San Telmo, y agrega que “Algunas cosas de lo que encuentro se pueden vender en los negocios de antigüedades de San Telmo, como un mueble viejo por ejemplo”.

Ese día José me mostró que había encontrado 3 videocámaras rotas y que tranquilamente se podían vender como repuestos a un lugar de electrónica.

Le pregunté eso que nadie sabe y que casi siempre todos nos preguntamos: ¿a dónde se destinaban los cartones? y me explicó que,“ Yo vendo los cartones en los depósitos que están en la zona de constitución, ahí es donde hay 3. Todas las cosas son compradas por kilos, el diario es lo que menos sale pero lo que más se encuentra en las calles. En su mayoría los compradores son extranjeros, como peruanos o bolivianos. A su vez estos cartones se venden en provincia, que allí los reciclan”. Como respuesta a mi pregunta de ¿por cuantos lugares tiene que ir para conseguir mas cosas?  Me dijo “Yo voy por diferentes lados, por Congreso, por Once, por Constitución, ando por todos lados”.

Respecto a mi duda sobre cómo era su relación con la gente del barrio, José me dijo: “La gente no me trata mal. Bueno, yo no tengo mucho dialogo con ellos porque yo no les pido nada, hay algunos que sí lo hacen, pero yo trabajo a mi manera. Hay personas que no le gustan que rompan las bolsas, como a los porteros de los edificios, y por eso acá en esta parte de San Telmo pusieron estos contenedores, pero aunque estén los contenedores rompen igual las bolsas. Es que hay  tipos de cartoneros que pasan en su bicicleta en  buscan de partes de electrónica que la gente tira, luego dejan toda la basura tirada en las veredas; también está el cartonero como yo que junta cartón, papel, diario, bronce, etc.”.

Después de hablar con José, conversé con Silvia Orqueda, una vecina que justamente ayudaba en esos depósitos de Constitución. Ella me dijo que “nadie decide si uno tiene que buscar partes de electrónica o cartones, que cada uno busca lo que quiere. Creo que debido a la necesidad de hoy, hacen bien, pero deberían tener un trabajo más seguro, deberían estar en blanco, tendrían que tener una obra social, una ART (aseguradora de riesgo de trabajo), porque están expuestos a muchos accidentes”.

Respecto del tema de la basura y la convivencia con los vecinos, me comentó: “ellos solo buscan lo que necesitan pero un encargado junta todo en una bolsa y a los 10 minutos de sacarla está todo en el piso. Eso está mal, pero antes deberíamos cambiar la mentalidad nuestra porque si dividiéramos la basura de antemano sería diferente».


logo_web*Participante en una clínica de periodismo comunitario que realizó El Sol de San Telmo en el Centro Cultural Martin Fierro durante el mes de septiembre, 2011. Este proyecto se puede realizar gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina.

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1 respuesta

  1. Juan dice:

    Excelente articulo!. Me abrio los ojos a un mundo al que le era indiferente.

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