La Bicicleta Naranja: Paseando a turistas y locales también

Quisimos exponer uno de los emprendimientos “nuevos” en San Telmo, que apunta al mercado turístico pero que a la vez entiende que hay que respetar y celebrar el carácter tradicional del barrio. La Bicicleta Naranja, producto de la visión y sensibilidad de su dueño José María Oyharbide, ofrece alquileres y tours temáticos en bici por Buenos Aires (sobre todo la zona Sur) desde hace cuatro años.
Su oficina sobre Balcarce y Pasaje Giuffra es pequeño, ordenado e informal, con un staff fresco y simpático, y permite que tanto el vecino como el turista parando en un cinco-estrellas se sienta cómodo. Oyharbide está siempre presente y accesible durante la semana, y no casualmente tiene cálidas relaciones con sus vecinos, muchos de los cuales paran en sus andares a charlar o tomar un mate con él -un buen ejemplo de la confianza e intercambio entre nuevos comerciantes y la población tradicional que sería necesario para incorporar el turismo armoniosamente en el barrio.
La Bicicleta Naranja trabaja con un público amplio, que tiene desde 18 a 70 años, y es en un 60% extranjero y en un 40% local. Acorde a esta diversidad, también tiene una amplia gama de precios y servicios; desde un alquiler de bici a $ 8 la hora hasta tours guiados por $ 85 por persona. Esto permite que el argentino disfrute de sus servicios tanto como el extranjero, de hecho vienen muchas familias los fines de semanas y gente que trabaja cerca durante la semana para hacer una escapada al aire libre al mediodía.
Oyharbide dejó una carrera en marketing para construir esta empresa. “Siempre quise hacer algo que me llenara como proyecto”, explica. En sus cuatro años en San Telmo ha visto muchos cambios en el barrio y en el mercado turístico, desde que “San Telmo era más marginal y más inseguro y cuando la mayoría de turistas eran mochileros”. En cuanto al desarrollo turístico, opina que “todavía está en un límite aceptable, el barrio no se quedó estancado en el tiempo, sin progreso, pero tampoco es un shopping. Tenés una mezcla de algunas marcas grandes que se instalaron pero que conviven con los almacenes y típicos comercios del barrio, aunque es cierto que la tendencia se ve hacia el reemplazo de estos lugares tradicionales”.
Como otros comerciantes que conocen los gustos de turistas, cree que el Gobierno tendría que intervenir con créditos, catalogaciones y otras formas de apoyo para proteger los elementos más tradicionales de San Telmo, tanto para la gente local como para los extranjeros.
“Los turistas quieren ir a los lugares donde van los porteños, donde todavía tenés el mismo público de siempre y se sumó el turista”. Cuando sus clientes extranjeros le piden consejos para comer, recomienda lugares como El Desnivel o El Tío Felipe, “que no cambiaron y donde te atienden como siempre. Nunca quise vender shows de tango o restaurantes caros para una comisión, porque sería devaluar las cosas que hacen la esencia porteña de la Ciudad y porque al turista no le gusta sentir que le estás tratando de vender algo”.
Si todos los que trabajan con el turismo tuvieran esta sensibilidad a la importancia de preservar “la esencia porteña” y cómo compartirla con el visitante, tal vez se podría desarrollar un modelo de turismo que no desnaturalice San Telmo.

—Catherine Mariko Black

La Bicicleta Naranja, Pasaje Giuffra 308, 4362-1104, www.labicicletanaranja.com.ar