La diversidad como cultura
Mensaje editorial número 35
¿Qué hace que cualquier lugar, persona o situación sea diferente a otra? Y ¿diferente con respecto a qué? San Telmo es un barrio de mezclas, políglota, receptivo a cuantas culturas y costumbres se afinquen en él, es un barrio de cabezas abiertas. Lo ´diferente´ en San Telmo es -probablemente- la aceptación y apropiación que los vecinos hacen de situaciones diversas.
Hablemos de miradas y de contrastes. Lo ´diferente´ se define por la mirada subjetiva de un espectador que mide, desde su propio punto de vista, aquello que está considerando. Lo que es común para algunos, es atípico para otros. Siempre hay una comparación como punto de partida. ¿Población local o extranjera?¿Música de cámara o de percusión? ¿Arquitectura ´vieja´ o ´nueva´? ¿Biblioteca de libros escritos con tinta o biblioteca de libros escritos en Braille?
La Divina Diversidad de nacionalidades que abunda en San Telmo, está latente en los extranjeros que día a día elijen al barrio. Lo cierto es que siempre fue así en la historia santelmeña, desde los comienzos de la vecindad.
Suena el ritmo de los tambores y de los cajones peruanos en los talleres de percusión del Centro Cultural Fortunato Lacámera. Claudio Viega Martirena y Santiago Diaz, enseñan, principalmente, a sentir la música negro –africana y a expresarse con ella. Son los grillos del Lacámera. Por otro lado, El Afronte es la orquesta de tango que toca todos los domingos en las escalinatas de Colegio Rawson. Tanto percusionistas como tangueros, interpretan músicas que ha sido siempre estampa del barrio pero que por sus orígenes, instrumentos y peculiaridades son ampliamente diferentes la una de la otra.
Los edificios del barrio también hablan de un ritmo, a veces temporal, otras de repetición, de tipologías de uso, de costumbres constructivas. Todos son diferentes. Un recorrido arquitectónico, con ojos atentos, nos permitirá descubrir las mil caras de San Telmo. Y ese recorrido nos revelará también que existe un arte urbano de grafiteros y muralistas que inunda de colores las fachadas de la ciudad y un arte contenido tras las puertas del espacio privado, aplicado en lienzos o impresiones, moldeado en esculturas o expuesto en las paredes de las galerías de arte.
Suerte similar corren los libros de las bibliotecas del barrio, ordenados en estanterías por su contenido. Transmiten las palabras de sus autores a través de sus hojas. Algunas son bibliotecas populares y otras especiales, como cuando los lectores están condicionados por alguna razón. A través de los siguientes números iremos descubriendo la ubicación de las bibliotecas de San Telmo.
En este sentido, existen en el barrio otros lugares donde la literatura no solo se lee y se adquiere, sino que además se vive, se escucha, se critica y hasta se nutre de la mirada ajena. Nos referimos a los Talleres de Lectura y Escritura de Mariana Docampo y de Narrativa de Edgardo Scott que ofrecen a escritores nóveles, la experiencia de exponer sus obras frente a otros con las mismas ganas de escribir. Estos talleres no son los únicos donde el trabajo personal incentiva el esfuerzo grupal. Casi ciento cuarenta jóvenes vecinas de San Telmo se congregan en las diez divisiones de Hockey femenino en el Club San Telmo. Originalmente club de fútbol, con los años fue aggiornándose e incorporó un deporte poco común para nuestra idiosincrasia futbolera: el hockey femenino. Las jugadoras, que van desde los cuatro años de edad, muestran su afición por este gran deporte que practican a lo largo del año.
Finalmente, en este número conmemoramos los sesenta años del fallecimiento de una mujer que ha sido un hito histórico a nivel político y social: Eva Duarte de Perón. En su época, logró ser diferente y es aun hoy recordada por sus propias conquistas sociales.
El Sol de San Telmo invita a todos los vecinos a colaborar. El punto de encuentro es nuestra reunión mensual en Fedro, Carlos Calvo 578. Los interesados pueden escribirnos a [email protected].