La educación en San Telmo, hoy
Por Lic. Elvira Milano
¿Está nuestro barrio a la altura de los requerimientos del mundo actual, en el tema educación? ¿Están respondiendo las escuelas a lo que los niños del barrio necesitan?
Muchos son los interrogantes, en este sentido, que nos surgen a los trabajadores del sistema educacional (público o privado) día a día. ¿Ocuparnos de asistir a los chicos que necesitan satisfacer sus necesidades básicas, comer, brindar atención de la salud, etc.?.
¿Cómo hacer entonces para qué en la escuela, reciban lo que realmente deben recibir: la educación de calidad para cuyo fin asisten?.
San Telmo, en sus orígenes tuvo un pasado de gloria. Al lado de la iglesia San Telmo, en su fundación, los jesuitas habían creado “el colegio chico” para diferenciarlo del “colegio grande” actual Colegio Nacional Buenos Aires. El tiempo lo fue transformando en otras dependencias, pero es bueno rescatar este dato del olvido y, porqué no, pensar en un futuro donde ese lugar de excelencia educativa vuelva a brillar en todas las aulas santelmeñas.
Se puede. Se puede educar y asistir. Es más, es imprescindible y es el derecho de todos. Actualmente el barrio vive de manera plena y con poco tiempo para elaborarlo, un cambio poblacional que implica una rápida respuesta en ese mismo sentido con relación a la tarea educativa. La multiculturalidad no viene solamente de los países vecinos sino de todas partes del mundo; ingresan a los establecimientos niños y niñas que hablan diferentes idiomas y muchas veces la escuela no está preparada para recibirlos. Como tampoco hay proyectos de inserción comercial y de gestión turística, ni valorativos del casco histórico y su relación con el turismo para velar por el patrimonio y sentirlo propio (arte, cultura, historia, tradiciones). Recién este año se imprimió por primera vez el libro El Casco Histórico en la escuela.
La escuela en nuestra comunidad barrial debería tomar estos aspectos para luego poder entenderlos en el contexto global y de inserción laboral, teniendo en cuenta que las familias (padres, tíos, abuelos) trabajan en su mayoría en comercios de la zona relacionados a las distintas demandas que los turistas y el vecino solicitan. Y esto tendría que ser parte de los programas desde el nivel inicial -ya que el amor al barrio y a los roles de trabajo se gesta en la primera infancia- y debería continuarse en todas las escuelas oficiales, ya sean de gestión pública y privada, en los niveles primario y secundario.
Los habitantes del barrio se merecen una educación de calidad, especialmente nuestros niños. Son muchos los requerimientos que ellos necesitan para su futuro y la escuela deberá estar atenta a estas necesidades y darles las debidas respuestas. Para eso hay que revisar contenidos, estrategias, implementar nuevos enfoques metodológicos y de inserción social. Los cambios en la sociedad se producen rápidamente en estos tiempos, mucho más que los burocráticos pasos políticos.
Lic Elvira Milano es directora del Instituto Integral del Sud, Profesora de nivel inicial, primaria y licenciada en gestión de la educación.