La Escuela Taller del Casco Histórico cuelga en la incertidumbre
El espacio de recuperación de oficios tradicionales y patrimonio lucha para sobrevivir
Muchos ni saben de su existencia y de quienes lo han escuchado nombrar, gran parte sólo sabe que está amenazada por un desalojo y demolición. Pero la Escuela Taller del Casco Histórico es uno de los proyectos más exitosos y productivos en la preservación de patrimonio que ha generado la Dirección General del Casco Histórico en sus casi 10 años de existencia.
Albergada en un edificio antiguo en Brasil y Paseo Colón, allí trabajan actualmente 15 personas en la formación gratuita de 115 alumnos (la mayoría de ellos en situaciones de desempleo o bajos recursos económicos) en artes y oficios tradicionales, desde yesería y moldería hasta esgrafiado y carpintería.
Estos oficios son parte de la gran riqueza artesanal que tiene Argentina, mucha de ella traída de Europa durante la “época dorada” de la construcción del país, y que se fue perdiendo en las últimas décadas del Siglo 20. Cuenta Cristina Malfa, directora de la Escuela, que “se creó el programa como una ayuda al vecino. Los que observábamos la zona veíamos que no había conocimiento necesario para mantenerla correctamente. Se caía una escultura antigua de un edificio y lo arreglaba un escultor o un pintor”.
La aplicación concreta de esta formación en los últimos nueve años ha sido la participación de los alumnos en la restauración de muchas obras significativas en la Ciudad, incluyendo la Casa Rosada, la Catedral Metropolitana, la Casa de Cultura, el Convento de San Francisco, el Museo de la Ciudad y el Casal de Catalunya, por nombrar algunas de la zona.
El modelo que tiene la Escuela —de capacitar personas con limitada salida laboral y simultáneamente recuperar un banco de oficios y artes necesarios para la preservación del patrimonio— es único en el país. Más de 600 personas han egresado de la Escuela Taller para insertarse en una creciente industria dedicada a la preservación y restauración del patrimonio histórico y arquitectónico central a la identidad porteña. Municipalidades y provincias han pedido que la Escuela mandara sus profesionales a ayudar y asesorar proyectos en el interior.
La triste verdad
Suena impresionante, pero cuando uno va a la Escuela y habla con los alumnos y docentes, lo que se ve es una mezcla de orgullo y valorización del espacio y sus actividades, y una triste frustración frente a su descenso en las prioridades políticas.
Esto incluye desde el constante reclamo por insumos y materiales hasta la increíble cifra de su presupuesto anual, que bajó de un respetable $ 293.830 pesos en 2008 (aproximadamente 27 por ciento del presupuesto entero de la Dirección) a $ 10.805 pesos en 2009 (menos de un 4 por ciento). Aunque la Escuela trabaja con muchas donaciones privadas, éstas no son en efectivo y la realidad cotidiana de la institución demuestra que no son suficientes para mantenerla en funcionamiento.
Cuatro de los trece profesores dictan clases ad honorem, pero varios se fueron en los últimos años y Malfa explica que “la recomposición de los maestros que nos faltan” es uno de sus desafíos clave. Los alumnos cuentan que en agosto del año pasado hubo un robo de elementos valuados en más de $ 3.700, por los cuales la Dirección General del Casco Histórico prometió repuestos, pero éstos todavía no han llegado. Mientras tanto, algunos profesores se encargaron de traer sus propios elementos y herramientas, corriendo el riesgo de que se rompan o se pierden. Pasaron el invierno sin gas, por falta de dinero para arreglar una instalación rota, aunque tenían una caldera nueva que habían instalado los mismos alumnos. Como dice la alumna Graciela Saugar, “estamos con casi nada… acá lo único que tenemos es voluntad”.
Encima, la Escuela recibió una orden de desalojo el año pasado citando tres ordenanzas que prevén el ensanche de la Avenida Paseo Colón, que datan de 60 y 40 años atrás y que hoy en día no es viable. Malfa cuenta que en una visita a la Escuela realizada en 2008, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri y el ministro de Cultura Hernán Lombardi dijeron que no tenían planes para la demolición del edificio, y que el director del Casco Histórico, Luis Grossman, se está ocupando de buscar otro lugar para mudarla. Pero mientras no tenga un futuro asegurado ni en recursos ni en espacio, la Escuela Taller sigue en un limbo angustiante. Según Malfa, “nos sentimos inseguros. Nos gustaría saber si nos quedamos o nos vamos”.
Los alumnos de la Escuela, por su parte, están formando una Asociación de Amigos para ocuparse de difundir y pelear estas cuestiones, y buscar apoyo de otras fuentes. Uno de ellos, Daniel Barrionuevo, pregunta “¿por qué a la gente le entusiasma tanto Buenos Aires? Vienen los europeos de visita y se quedan maravillados con las cosas que tenemos, y nosotros acá no cuidamos nada”.
—Catherine Mariko Black
Más información:
Escuela Taller del Casco Histórico, Brasil 170
Tel.: 4362-5036/ 4300-7445
www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/casco/plan_manejo/escuela_taller.php
[email protected] (Asociación de Alumnos)
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La demolición está firmada y hay muchas dudas con la reubicación de la escuela taller.
Con la piqueta en la puerta dicen que nos trasladarán a un edificio en Avenida Caseros 1750 del que todavía no se hizo la licitación para construirlo y mientras tanto nos reubicarán en Parque España, que está sobre la Avenida Caseros … en qué edificio? en una carpa?. Basta de mentiras!!
El lunes 15/07 a las 12:00 hs responsables de la secretaría del Casco Histórico concurrirán a la escuela y se hará la 2da concentración de alumnos y ex-alumnos de la Escuela Taller. Mucho agradecería la difusión.
Jorge Moyano
Alumno de Ornamentación Edilicia (Rama 1)
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