La Iglesia Dinamarquesa
En la calle Carlos Calvo 257 se erige la Dansk Kirke – Iglesia Dinamarquesa- (Tel.: 4362-9154). La inmigración danesa en Argentina fue particularmente intensa entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Se calcula que entre 1857 y 1930 se radicaron en el país unos 18 mil daneses. Constituyen la tercera comunidad de daneses más importante del mundo, detrás de las que existen en Estados Unidos y Australia. Los daneses que se radicaron en Buenos Aires crearon varias asociaciones sociales para su colectividad, como la Sociedad Danesa de Socorros Mutuos en 1892, la Asociación Cristiana de Jóvenes KFUM en 1912, y el Club Danés en 1919.
Los que querían congregarse en una iglesia acudían a las iglesias anglicana, metodista, alemana o especialmente a la Iglesia Noruega de Marineros, que a partir de 1920 tuvo un templo propio sobre la avenida Ingeniero Huergo, entre San Juan y Cochabamba, que fue demolido cuando se construyó la Autopista 25 de Mayo en los años setenta.
Pero en 1924, a pedido de la colectividad en Buenos Aires, la organización Iglesia Danesa en el Exterior, que había sido fundada en Dinamarca en 1919, aceptó enviar un pastor a Buenos Aires y abonar su sueldo completo.
El pastor Sven Nielsen celebró su primera misa en danés en la Iglesia Noruega el 13 de julio de 1924, y en la tertulia que siguió a la misa se tomó la decisión oficial de formar una congregación danesa. Ésta se hizo cargo del alquiler de los locales que ocupaba la Asociación Cristiana de Jóvenes KFUM en Paseo Colón 1111, y uno de los locales se transformó en templo (kirkesal).
El kirkesal fue inaugurado con una misa el 27 de julio de ese mismo año, y es por eso que el 27 de julio es el día en que se recuerda el aniversario de la congregación. En 1925 comenzó a discutirse la posibilidad de construir una sede propia y en 1929 se concretó la compra del terreno de Carlos Calvo 257. Se eligió una subcomisión de Edificación y ésta convocó inmediatamente a un concurso de arquitectos para elegir el mejor proyecto para la futura sede que, además de un templo, debía incluir salones congregacionales, vivienda para caseros y casa pastoral.
El proyecto presentado por los arquitectos Rönnow & Bisgaard fue seleccionado y el 24 de agosto de 1930, después de la misa en el kirkesal de Paseo Colón 1111, la congregación se trasladó en conjunto al terreno de Carlos Calvo 257 y colocó la piedra fundamental de la nueva sede, que fue inaugurada en 1931. Sus paredes son blancas, sin imágenes. Posee tres vitraux coloridos sobre el altar y en el centro de él una cruz de madera oscura. Sobre el pasillo que lleva al altar hay un barco en miniatura colgado, dando testimonio de los antepasados navegantes que llegaron a nuestras orillas.
La iglesia es minimalista, pero su sentir es profundo. El trato entre la gente es amistoso pero con respeto. Al retirarse, el padre pasa por los bancos donde están los fieles, saludándolos personalmente y los espera a la salida del templo para invitarlos a tomar un café en la misma iglesia y “charlar de todo un poco”. El espíritu de la santidad se nota en la cordialidad amistosa de la gente que asiste al templo. Uno siente que la invitación no es por compromiso, sino desde el corazón.
Aunque hoy la mayor parte de los oficios religiosos y demás actividades se realizan en castellano, la congregación sigue desarrollando su vida religiosa conforme a la doctrina de la Iglesia del Pueblo de Dinamarca, de confesión evangélico-luterana.
La atención pastoral está a cargo del vicario (significa que no ha sido ordenado aún, pero su iglesia lo autoriza a celebrar todos los oficios religiosos y a administrar los sacramentos sin ninguna restricción) Sergio Ariel López -nacido en Corrientes- de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). Su trabajo es supervisado por un pastor de otra parroquia de su Iglesia en Buenos Aires y por un tutor laico que es uno de los miembros de la comisión directiva de la Iglesia Dinamarquesa en Buenos Aires.
Cuando hablamos con López, nos contó que “la comunidad danesa pura está muy reducida, son muy mayores y la mayoría de los fieles son descendientes de ellos o vienen de otras comunidades”. Según López, la Iglesia hoy se preocupa menos por ser un servicio para la colectividad danesa que por ser un espacio espiritual abierto a todos. “Todo es posible en nuestra comunidad, aquí encontrarás tu espacio, la gente se siente contenida, es un lugar abierto con una trayectoria de muchos años. Por ejemplo, nuestra Iglesia contempla el matrimonio igualitario. Es una postura tomada con base filosófica”. López agrega que está haciendo una Maestría en Sagrada Escritura en el tema VIH/SIDA. También aclara que “la Iglesia protestante no hace proselitismo -por decirlo de alguna manera- porque eso lo considera un avasallamiento a la libertad de cada persona” ya que ellos consideran que el individuo se “acerca si se decide por sí mismo a hacerlo”.
En el departamento pastoral de la Iglesia viven Anne y Mads, una pareja danesa, quienes colaboran con López y con la comisión directiva, haciéndose cargo de las tareas que requieren el uso del idioma danés. Ellos nos explican que se desarrolla una actividad cultural importante en la Iglesia, que incluye simposios abiertos; conciertos de música, baile y coro; ciclos de cine-debate; clases de danés todos los días de la semana y conferencias, además de una gran biblioteca con libros escritos en danés, otros idiomas escandinavos, inglés y castellano.
López confía en que la visión de su iglesia logrará su objetivo histórico de traspasar sus tradiciones a las nuevas generaciones, sin el riesgo de la pérdida de las mismas al abrirse a la comunidad.