La juventud: sus diferencias y semejanzas

Por Jamie Hergenrader

Al llegar a Buenos Aires desde los Estados Unidos, me pregunté sobre cómo sería la juventud de esta ciudad, específicamente las personas con quien comparto la misma edad. ¿Cómo son ellos? Pues, después de dos meses en Argentina, me parece que a pesar de los detalles minúsculos, los jóvenes de Buenos Aires y los de Estados Unidos son comparables.

He conocido mucha gente en mi estadía y compartimos muchas semejanzas. Tenemos metas similares y nos gusta pasar alguna noche en los bares y los boliches. Lupe Sendra, es una chica de 23 años que vive en San Telmo y estudia Letras en la Universidad de Buenos Aires. Está en una linda etapa de su vida “Pero todavía estoy en un momento de mi vida en el que me cuesta renunciar a todas las cosas que quiero ser y no me va a alcanzar el tiempo para hacerlas”, dice Lupe.

Ese no es un pensamiento extraño en mí. En los Estados Unidos, asistimos a la Universidad por aproximadamente cuatro años y cuando nos graduamos -aproximadamente- a la edad de 22 o 23 años, tenemos que encontrar un trabajo, pero no es tan sencillo. En los Estados Unidos, el número promedio de posibilidades de trabajos que una persona tiene después de la Universidad -entre las edades de 23 y 32 años- es 6,1 según el censo de 2012.

Hasta el punto en que necesitamos establecernos, nos gusta divertirnos sin importar el país, pero las maneras son diferentes. “En general, voy mucho a recitales con mis amigos. Hay muchas bandas buenísimas acá. También a bares, a tomar algo y hablar, hablar y hablar. Cuando era adolescente íbamos a bailar, nos parecía genial tener 16 años y bailar hasta las 5 de la mañana”  nos cuenta Lupe.

Eso no pasa en los Estados Unidos porque hay leyes que restringen algunas actividades. Por ejemplo, la edad legal para tomar alcohol es a los 21 años y, por eso, no podemos ir a los bares o los boliches hasta cumplirla. Pasamos mucho tiempo con nuestros amigos en las casas, paseando, yendo al cine y a otros lugares de visita. Pero cuando cumplimos 21 años, la mayoría de las personas tiene una gran fiesta y esto no pasa en Argentina. En realidad acá, esa fiesta sucede a los 15 años.

También, en algunos Estados, hay un toque de queda para las personas menores de 18 años, que tienen que estar en su casa antes de las 24hs.

Es extraño -desde una perspectiva extranjera- que en este país las personas jóvenes pueden salir toda la noche por los bares y los boliches, pero es un aspecto del país que me gusta mucho. He visto bastante de la ciudad y conocido muchas personas amables cuando he salido durante la noche y también cuando he explorado el barrio de San Telmo. Los lugares favoritos de Lupe en San Telmo incluyen: La Puerta Roja y El Banco Rojo para tomar y comer algo; Cualquier Verdura para comprar regalos geniales y El Federal o La Poesía para estudiar y tomar café.

“¿Cómo ayudó San Telmo a ser quien soy hoy? Bueno… espero tener algo del espíritu alegre del barrio, toda la gente caminando por la calle, viviendo la ciudad,” dice Lupe. “También espero tener algo de su diversidad, una diversidad que quizás no se ve tanto en otros barrios; en San Telmo hay de todo y están todos, el europeo y el hippie, el visitante y el local”. Después de mis propias experiencias en el barrio y de hablar con Lupe, me parece, como extranjera, que San Telmo es un barrio perfecto para crecer.

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