La “parada” de Juana Policastro en Garay y Bolívar 

Hace 50 años que vive en San Telmo y pasó más de 15 cuidando personalmente la plazoleta de la esquina, que ya no es lo que solía ser. “Antes, esto era un vergel: había pasto, flores hermosas, rosas de distintos colores”, cuenta Juana,  rodeada de amigas como Dora, Mary y Chola, con quienes se junta todos los días a tomar mate a las cinco de la tarde. “Como verás esto es una convención de gente”, dice la antigua vecina del barrio.

 El Sol: ¿Cómo fue cambiando San Telmo en los últimos años?

J.P: Está dividido entre los vecinos que quieren conservar lo viejo y los que prefieren lo nuevo. Antes se cuidaba más, había un sentido de pertenencia que, lamentablemente, se está perdiendo. Vivo en Paseo Colón, entre Humberto Primo y Carlos Calvo y, ahora, desde mi primer piso veo el paisaje del nuevo Metrobus. Me gusta recorrer el barrio y ver cómo se van produciendo los cambios. Por ejemplo, el proyecto “Astor”, de Bolívar y Caseros, va a cambiar la fisonomía del lugar. Otra vecina, Graciela Fernández, agotó todas las instancias formales para protestar, pero nadie nos hace caso.

Es imposible dialogar sobre San Telmo sin hablar del Mercado. “Se me pone la ¨piel de gallina¨ con solo mencionarlo”, afirma Juana mostrándome su brazo. “Antes había cinco o seis puestos de cada rubro: verdulería, frutería, carnicería, almacén, etc. Tenías para elegir precio, calidad y atención. Hoy es una mezcla de locales franceses, mexicanos, norteamericanos. Y así se va perdiendo la esencia”.

El Sol: ¿Qué medios gráficos prefieren los vecinos?

J.P: Mis clientes son muchachos de 30 a 45 años y se llevan de todo un poco: libros de literatura, Rolling Stone y revistas para las esposas, como Ohlalá, Para ti, Cosmopolitan, Elle, Susana. Todas mensuales.

El Sol: ¿Bajaron las ventas con el auge de los diarios digitales?

J.P: Durante más de veinte años se vendían La Razón (5ta. y 6ta.) y Crónica. Pero desde hace siete años, no hay más diarios por la tarde. Ahora vivimos de las revistas.

El Sol: ¿Se amplió el negocio con la venta de libros?

J.P: Sí, sobre todo de literatura, historia y mitología. Novelas no se venden. Y también hay temporadas: los chicos consumen las revistas que vienen con algún “regalito” durante el año. En las vacaciones, se llevan más revistas. También hay que tener en cuenta el precio: Caras y Gente cuestan 70 pesos, que no es para todos los bolsillos.  Mientras que Pronto y Paparazzi son más económicas, salen 40 pesos. También se vende bien la revista Noticias. Hola es la más cara y no tiene tanta salida.

Se acerca “la hora señalada”, las 5 de la tarde y va llegando gente a la parada, la misma que reúne a parte de la comunidad santelmeña que se resiste a abandonar esa linda costumbre de compartir unos buenos mates, con amigos y en la vereda.

Texto y foto: Diana Rodríguez

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