La vecindad como idiosincrasia santelmeña

Por Clara Rosselli

Acaso es su idiosincrasia. Acaso es algo que se transmite con el saludo cordial de cada día. El estar atento, la llamada cuando es necesario, la ayuda desinteresada. Lo cierto es que San Telmo es un barrio donde se repite un factor común en diferentes escenarios: vecinos que se juntan como si fueran una familia. Siempre la charla como vinculante y promotora de buenas actitudes.

Esta costumbre, la de juntarse a conversar, la de “dar una mano” y preocuparse por el vecino y por el barrio, viene desde hace tiempo. Hugo del Pozo, nos comenta sus vivencias con su grupo de vecinos “Somos gente de muchos años en el barrio que vivimos la linda época de San Telmo donde todos nos conocíamos. Cada vecino colaboraba con el otro. Si uno necesitaba algo el otro estaba para ayudarlo, para hacer una mudanza, mover un mueble; si estaba enfermo, ir a comprar los remedios o acompañarlo al médico”.

Esta tradición aún sigue vigente entre ellos. Actualmente se reúnen en forma habitual para discutir temas varios o para saludarse en sus cumpleaños y lo hacen en la vereda. Generalmente se juntan a las 20, cuando salen de trabajar. Hugo nos cuenta que no hay fechas fijas, “Puede llamarte un vecino y decir quiero hablar de esto o de lo otro vía mail o por teléfono. Entonces nos juntamos, nos sentamos y charlamos sobre la juventud, la mugre de la calle, los trámites que  tenemos que hacer, los problemas de la familia de cada uno, la problemática de los adoquines que no se los lleven…”. Y agrega “Somos muy compañeros. Si a uno no lo vemos por un tiempo nos preguntamos entre todos ¿Viste a fulano de tal?. Estamos atentos a qué pasa en el barrio y entre nosotros. Son vecinos que se preocupan si no te ven”.

De estas charlas surgió el proyecto La Ecocuadra, ejemplo de la acción conjunta vecinal que ya dio sus frutos: el ensanche de la vereda de la calle Estados Unidos entre Perú  y Piedras;  la instalación de un semáforo en esa esquina; la concientización de recolectar las heces de los perros que quedan en las veredas, entre otros logros.

Este grupo de vecinos es un ejemplo de la solidaridad y cordialidad santelmeña, donde el otro también es importante.

 

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