La vida apesta en cuarentena

A todos nos agarró de sorpresa y sí, una vida nueva completamente inesperada comenzó y no sabemos cuándo termina. Así es que aquí van algunos consejos para los vecinos que quedaron confinados en sus 40 metros cuadrados con un mínimo ventiluz que da cuenta que es día y de noche, si tiene esa suerte.

Tutoriales: Esta nueva adicción para matar el tiempo con lo que tiene a mano tiene ciertos peligros inminentes. Hay tutoriales que están bien, los de hacer almácigos por ejemplo, pero también están los que no.

Manualidades:

El famoso “cómo hacer algo en cinco pasos” conocido a su vez como bricolaje. Nos engañan diciendo que con un rollo de papel higiénico y un pedazo de lana podremos hacer una bonita lámpara. Pues no. Eso que usted ve en las redes de ecología lo realizan arquitectos que saben perfectamente lo que diseñan. A usted, lamento anticiparle, le quedará una porquería digna de salita de tres años del jardín de infantes. Ahórrese la frustración y evite este tipo de contenidos.

Clases deportivas:

Vale para zumba, crossfit, gimnasia deportiva.

Usted, María Esther, cuya última elongación fue en 1992 en el secundario y luego no movió un músculo más (a excepción de los que corresponden al aparato digestivo), no está apta para este tipo de innovaciones.

¿Notó los cuerpos de quienes imparten esas clases? Efectivamente hacen ejercicio todos los días durante las dos últimas décadas. Lo más leve que le puede pasar a usted es quebrarse el cuello intentando una posición de yoga invertida. No hay necesidad. En tiempos de emergencia sanitaria no es cuestión de colapsar el sistema con problemas de traumatología al improvisar una Nadia Comăneci (si la conoce, está en edad de riesgo).

Carolina López Scondras

 

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