Los billetes que «hablan»

Tatiana Michalski y Grégoire Fabre

Hace un año comenzamos a coleccionar billetes de dos pesos escritos a mano…

¡Qué impresionante la cantidad de billetes marcados con mensajitos, acá en Argentina! En Europa no es común encontrar un billete con alguna marca. ¿Será porque el papel es más plastificado? ¿O porque la gente tiene miedo de hacer algo fuera de la ley? ¿O será porque los billetes transitan más regularmente por los bancos y se cambian por billetes nuevos?

Escribir sobre un billete es como hacer un graffiti sobre un monumento. Es una manera de comunicarse con el resto del mundo. Poner mensajes en los billetes de curso legal se ha hecho siempre y, como tienen valor, nadie los rompe como harían seguramente con un papelito distribuido en la calle que no gustase. Por otro lado, el billete circula de mano en mano, con lo que el mensaje se difunde.

Hubo mensajes políticos que fueron marcados sobre billetes y, en algunos casos, tuvieron un impacto importante. Por ejemplo se usó mucho durante la revolución de Túnez en 2010. La gente escribía frases revolucionarias y los billetes funcionaban como flyers gratis y muy eficientes. En algunos países, el único tipo de inscripción que tiene impacto sobre la validez del billete es el de los mensajes políticos o religiosos. Hay circulares de los bancos centrales que advierten sobre los billetes con este tipo de mensaje. En India, por ejemplo: “Cualquier billete en el que haya escrito algún eslogan o mensaje de carácter político deja de ser moneda de curso legal y el derecho sobre tal billete será rechazado…”.

En Argentina, según la página del Banco de la Nación: “Un billete deteriorado es el que se encuentra roto, perforado, borrado, manchado, descolorido, sucio, quemado o cercenado involuntariamente. Para ser aceptado, su superficie debe abarcar, por lo menos, el sesenta por ciento del billete completo”. Ni siquiera se menciona que muchos billetes tienen inscripciones y no se dice tampoco, el impacto que tienen las inscripciones sobre el valor de los billetes. ¡Así que un billete no se invalida por estar escrito!

Además, los billetes cambian de mano tan rápidamente que es imposible encontrar al presunto autor del delito. Tranquilamente podés afirmar que no lo hiciste vos, que te lo entregaron así.

Se pueden encontrar declaraciones de amor, números anotados que tienen que ver con la lotería o un circulito alrededor de una parte del número de serie. También se encuentran oraciones, frases filosóficas, deseos y mensajes desesperados. Otra cosa muy común es ver un numerito que seguramente escribió alguien que estaría contando billetes, para acordarse de cuántos había en la pila hasta ese momento.

La comunicación es tan fluida que algunas personas hasta se contestan en los mismos billetes, con tintas de distintos colores: “Gauchito Gil, dale suerte al que toque este billete – hace tres copias” dice el primero. Y el otro le contesta: “El que recibe este billete, no recibe solo billete sino un mensaje: Dios te ama y dio a Jesús por ti, NO Gauchito Gil”.

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