Los hacedores de San Telmo

El día 27 de octubre de 2016,  a las 17:30 en el Parque Lezama (Brasil y Defensa) se hizo un sencillo acto para concretar la reposición de la placa en homenaje a ERNESTO SÁBATO que había sido vandalizada.

Estuvieron presentes en la ceremonia, los legisladores que presentaron el proyecto de reposición: Marcelo Guousman y María Patricia Vischi; Mario Sábato, su hijo y vecinos -entre los cuales se encontraban Marisa Corgatelli, Ana Charrelli, Marta Bogado, Alberto Martinez y Graciela Fernández del Mirador del Lezama y hacedores de este logro.

Fernández hizo referencia a la importancia del evento, con estas palabras:

“Amigos, vecinos, representantes de la legislatura de Buenos Aires, señor Mario Sábato:

Es para nosotros, integrantes de la asociación Mirador del Lezama, un motivo de enorme alegría el encontrarnos con todos ustedes, en el ámbito de este parque que amamos, para emplazar una placa que homenajea a don Ernesto Sábato.

Hace doce años, exactamente en el lugar en que estamos, en una de sus últimas salidas públicas recibió el sentido homenaje de San Telmo corporizado en un verdadero gentío que se congregó para saludarlo. Ese día se colocó la placa original, víctima de tiempos impiadosos. Esta que hoy queda en el Lezama la replica, pretendiendo ser un testimonio permanente de homenaje a don Ernesto, cuyos personajes de Sobre Héroes y Tumbas transitan aún sus senderos.

Quién de nosotros no leyó, hace unas cuantas décadas, la saga de Martín y Alejandra: “un muchacho alto y encorvado caminaba por uno de los senderos del parque Lezama. 
Se sentó en un banco, cerca de la estatua de Ceres y permaneció sin hacer nada, abandonado a sus pensamientos. “Como un bote a la deriva en un gran lago aparentemente tranquilo pero agitado por corrientes profundas.”

El parque, los senderos, la estatua de Ceres están donde Sábato pensó a sus criaturas. Y, a poco que pongamos en juego nuestra imaginación, seguro se nos hará presente ese señor taciturno en su banco predilecto del paseo de los copones o en una mesa del bar Británico llenando con letra apretada las páginas que todos leímos luego, hace ya mucho tiempo.

Que el espíritu de Ernesto Sábato permanezca unido a este ámbito tan nuestro y tan suyo. Y que quienes lean la frase inserta en esta placa lo recuerden como a un vecino fraternal que no se ha ido. Vive, como sus personajes, en este parque que tanto conoció, caminó y amó.

Gracias por venir y acompañarnos”.

“Ojalá que, entre tod@s, podamos combatir el vandalismo que tanto daño hace a nuestro barrio» como bien lo expresó el Arq. Alberto Martínez, oportunamente.

Es una pena que muchos no respeten lo que los otros tratan de proteger a toda costa. Por eso el barrio les AGRADECE a estos hacedores que siempre están observando lo que sucede «más allá de sus narices», para tratar de remediar lo que los otros destruyen.

 

 

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