LOS INSOLADOS
Retratos de tango
El tango se hace en el barro violeta de la noche, es rojo profundo en un cielo azul cerúleo, se cocina en las cocinas de barrio, se amasa con poesía profunda, compases en 2×4 y acordes en re menor.
El tango es una emoción que duele y ríe, es temor, amor y espanto y “un pensamiento triste que se baila”.
Sus creadores son seres de la noche. “Insolados” de luz, cuyos rostros serán poco conocidos para el universo lógico y para la percepción racional de la cultura oficial.
Los insolados son demiurgos, en griego Δημιουργός: creadores, semidioses, inventores de mundos, maestros supremos, artesanos de luz.
Eduardo Arolas es un “insolado”; murió en París y su fantasma sigue rondando Montmartre; sale de noche con su fueye a iluminar las noches azuladas de las francesas. Juan Carlos Cobián, acicalado con smoking blanco, va a perseguir a una dama esquiva hasta Nueva York para terminar tocando jazz con su piano en los Clubes de la calle 52; el brasileño Alfredo Le Pera, quien acompaño con su poesía y con su vida hasta la eternidad a Carlos Gardel.
¿Quién conoce sus rostros?
AROLAS, COBIÁN, LE PERA, VARDARO, CATUNGA CONTURSI, CHARLO, JOAQUIN MORA, ANSELMO AIETA, JULIO DE CARO, RAUL BERÓN, DEMARE, DE ÁNGELIS, ENRIQUE CAMPOS.
Nombres propios de la cultura nacional que transitaron la mitología, pero sus rostros son solo conocidos por las minorías; sus fisonomías han quedado reducidas a los especialistas, los estudiosos, los académicos.
Nuestra tarea es inmortalizar a esos seres a través del dibujo, con líneas y colores, en un diccionario de retratos de los máximos hacedores de la cultura nacional.
Ilustración y texto: Horacio “El Indio” Cacciabue