Los pisabrote
Pisabrote: Dícese de aquel que cuando le contás algún proyecto o idea te pincha el globo por puro deporte. Ese al que le vas con tu pequeño brotecito y, sin más, te lo pisa.
Hay varios tipos:
Pisabrote trágico: Los que auguran que te va a ir mal. Gustan decir frases del tipo: “Seguro no funciona”. Ejemplo: Los vecinos vamos a plantar árboles, por el comienzo de la primavera y el trágico dice: “Seguro te los van a romper, acá a nadie le importa nada”.
Pisabrote paranoide:Aquellos que ven que siempre alguien está sacando provecho. Algunas de sus frases son: “Y… seguramente el Gobierno está ganando un montón con lo que vos hacés”.
Pisabrote distractor: Son los que se van por la tangente, proponiendo cualquier otra cosa como por ejemplo: “¿Y por qué en lugar de eso no levantan la caca del perro?”.
Pisabrote dudoso: Se reconocen porque son los que no te pisan el brote directamente y se hacen los copados pero te meten la espina, diciendo algo así como: “¿Te parece gastar tanto tiempo en algo que quizás no dure?
Pisabrote medio vaso vacío: Ponen el énfasis en lo que está mal o falta. Y las frases de estilo son: “Vas a necesitar permisos para hacer eso y, aparte, la tierra seguuuuro está seca”.
Pisabrote especulador: Son los que de antemano suponen que tenés una segunda intención y, antes de preguntarte cuál es la idea, te pregunta ¿Y vos que ganas con eso?
Me ponen los nervios de punta los que no hacen nada y encima te tiran abajo lo que vos hacés, especialmente cuando se supone que compartís la misma preocupación.
¿Tan difícil es comprender que a veces uno hace las cosas porque quiere, porque se siente bien, porque va a beneficiar a la misma comunidad o a otro?
Me quedo con una reflexión de Mónica (portavoz de la calle Chacabuco) “Cuando salimos a barrer la calle con otros vecinos salió uno y me dijo que estábamos haciendo el trabajo que debería estar haciendo el Gobierno. Estaba muy enojado. Yo, esa tarde, terminé a los abrazos, sacándome fotos con los amigos, los barrenderos, los que nos dieron una mano. Me fui a dormir muy feliz, satisfecha y realizada porque hice lo que creía que había que hacer. Ese señor se fue a la cama a dormir amargado. Salí ganando”.
Carolina López Scondras