Mensaje editorial #43 ¿Quiénes somos los santelmeños? ¿Dónde vivimos?

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Estas son las preguntas que propone el número 43. Para responder una y otra charlamos con varios vecinos con el objeto de que nos cuenten sus historias de vida. Todas resultaron ser distintas, pero con un mismo denominador común: saber más sobre San Telmo.

Es de conocimiento que el barrio “tiene sangre” de varias nacionalidades. No solo italiana y española, como podrán leer en Familias santelmeñas. Remontaremos el barrilete de dos de ellas: la de Emma, nieta de libaneses y la de Linda, hija de descendientes de australianos, que comparten sus recuerdos de las calles, los colegios, el Parque Lezama y los lugares que las vieron crecer.

También está la historia del Dr. Luis Dubini -ferviente simpatizante del Club San Telmo- y su esposa, descrita en Un Popurrí de historias… y la de Matute, en El guardián de la Plaza Dorrego, un vecino más en el paisaje barrial. Claro que su historia es especial, ya que ha hecho de las calles su hogar y eso no le ha impedido criar a sus hijos. Tal vez un lugar poco convencional para vivir, pero ¿Convencional para quién?.

San Telmo es un barrio que da para todo. No será el único, pero que tiene ciertas particularidades no se puede negar. Vivir el barrio y en el barrio puede ser una experiencia muy singular. El cuento El croto a las diez es un simpático relato que nos acerca un pedacito de la vida de un hombre y vecino, que se mezcla con el día a día de un negocio de antigüedades. Los “telos” -lugares de paso- pueden, a veces, convertirse en una extensión de nuestro propio dormitorio. Convencional o no, vivir por un rato o toda una vida… miremos el caso de Jorge de Vasconcelos, quien eligió como hogar un edificio de la antigua Compañía Ítalo Argentina de Electricidad. Les contamos más en San Telmo siempre nos sorprende…

Como pequeños habitantes del barrio, las muñecas de Antonio Cellone también tienen sus historias. La Shirley Temple, la Mariquita Pérez, la Marilú, la Linda Miranda, entre otras han pasado por su local. Sabrán más si leen Juguetes de ayer, de hoy y de siempre.

Las buenas costumbres se aprenden -desde que somos chicos- en el hogar y en la escuela, pero también se aprenden -quiéranlo o no los padres- las malas palabras y las burlas. Una maestra decidió cambiar estas últimas, por halagos. Si quieren saber cómo le fue, lean Resaltar lo mejor del otro. Todavía no saben los niños que el Código Civil habla, en algunos de sus artículos, de la obligación de no dañar al otro. Del tema les explicamos más en Veredas rotas ¿Quién se hace cargo?.

De tinte cultural y artístico son las notas sobre la Biblioteca Juanito Laguna y Glodier Biedma, mozo-artista del Bar Británico.

Como siempre, los invitamos a participar de nuestras reuniones abiertas una vez al mes donde podrán aportar ideas e historias del barrio, a escribirnos a elsol.desantelmo @yahoo.com.ar y, a visitar nuestra página web: www.elsoldesantelmo.com.ar

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