Muestra comunitaria del grupo Enebra: “Una la que es todas”
Era otro de los tantos jueves por la noche, en los que muy a menudo, caminar por San Telmo se vuelve sorprendente. Mas todavía si nos situamos entre las calles Venezuela o Defensa, donde se puede encontrar una Galería pegada a otra.
Caminando apresurada, mi destino era Laguanacazul, donde algunas colegas, artistas extranjeros, inauguraban una muestra colectiva de obras hechas en Buenos Aires. Pero como las galerías están todas allí, brindando inauguraciones para los curiosos, no pude resistir al ver desde la vereda una instalación imponente en la Galería Wussmann. Entro y me deparo con tres enorme chozas (con mas de cuatro metros de altura), que también podrían ser tres vírgenes, tres montañas, o como las artistas que idearon la obra llamarían: “ tres aspectos del ser: pensar – sentir – hacer.”
Mi impresión al acercarme a la primera choza (o virgen) fue que se trataba de una nueva obra crítica al ya desmoronado Catolicismo, pues esta impecable inhalación estaba recubierta de estampita de vírgenes y santos. Me hizo recordar de los Pequeños Infiernos de León Ferrari. Pero luego de entrar y salir, recorriendo las otras dos inmensas chozas vi que se trataba justamente de la inversa. Sí eran estampitas, sí eran vírgenes, y sí estaban interrelacionados varios conceptos en las tres estructuras (choza) como el origen, la comunión y una especie de necesidad de refugio espiritual místico y religioso.
Cada choza tiene un rostro tallado, cada una recubierta por un manto hecho de materiales que remiten a un sentido primordial. Materiales que fueron seleccionados cuidadosamente y que ayudan a construir un lenguaje de lo original y local. Uno de los mantos está enhebrado con fibra de coco y piedras seleccionadas de la orilla del Rió de la Plata; otro con capas de telas coloridos. Las tres estructuras se acercan estéticamente al pop o al kitsch por la elección de sus materiales, y los iconos de lo popular y devocional, pero no llevan la misma connotación irónica de aquellos estilos.
Generan un misticismo que nos toca sensiblemente la conciencia espiritual, con mucha ternura y sensibilidad femenina. Y lo femenino es algo que marca al grupo, como la deidad generadora de los dioses, protectora de todas las criaturas, creadora y devoradora madre tierra.
Dejo aquí mi impresión y lectura de esta, que fue una de las mas tocantes muestras que he visto en los últimos meses en las concurridas galerías de San Telmo. La muestra sigue estando en la Galería Wussmann, Venezuela 570 hasta fines de junio. Pronto en esta misma se hará una muestra fotográfica de la obra del grupo Enebra, y para no perderla también podrán ver la instalación en la próxima edición de ARTEBA.
Quienes son: Enebra es un grupo de artistas muy jóvenes, Leonor Beuter, Maia Chisleanschi y Lorena Urcola. Con el propósito de convocar y reunir el trabajo conjunto, lograron una comunión de trabajadores desinteresados que se interactúan y desarrollan ideas en conjunto. Me animo a decir que remite a lo primitivo y armónico espacio tribal o quizás al periodo Gótico, donde todos eran co-creadores artesanos con un fin espiritual.
Bien después de Wussmann, seguí a la inauguración en Laguanacazul de la muestra “Vectores Invertidos” que reunió artistas como Hadrien Barnard (Francia) Bernard Copos (paises bajos) Lisa Franz (alemania / China) Mirco Marcacci (Italia) levan Mindiashvili (Georgia) Giogia Moretti (Italia) Fabian Mowszovicz (Uruguay) y Teresa Poester (Brasil). Fue una colectiva internacional de arte, que estuvo hasta hace poco y que también dejo trasparecer un momento especial del arte local que se comunica con el arte del mundo.
—Isabel Cristina Bogoni