“No me interesa correr tras el éxito”

Lito Vitale.

Si hay alguien especial para aglutinar talentos (propios y ajenos) es Lito Vitale. Siendo un adolescente, el pianista formó junto a su hermana Liliana el movimiento Músicos Independientes Asociados (MIA), primera cooperativa que también funcionó como banda entre 1975 y 1982. Hoy, después de varios discos de Oro, Grammys y tres premios Konex (como arreglador e instrumentista), recuerda aquella época con alegría: “MIA fue fundamental porque generó un espacio muy grande y muy alternativo en ese momento, que era plena dictatura militar, que hizo de la producción independiente un motor imprescindible para que nos unamos muchos músicos y se genere esta primera experiencia -en ese sentido- dentro de la música popular, que después tomaron un montón de artistas muy convocantes”, explica Lito.

Fuiste uno de los pioneros en la fusión de géneros como el tango, el folclore, el rock y el jazz…

L.V.: En mi casa se escuchaban diferentes estilos de música y ahí, desde chico, le fui tomando el feeling a tantas cosas… Siempre fui muy ecléctico en mis gustos, entonces me siento cómodo en distintos universos musicales y voy aprendiendo de los músicos con los que comparto proyectos.

¿Qué sentís cuando te comparan con Pat Metheny o Keith Jarrett?

Son dos músicos que admiro muchísimo: me influyen, sin duda, pero yo hago lo mío. Tanto Metheny como Jarrett son referentes -entre muchos otros que tengo-, pero sigo mi propio camino.

A fines de marzo organizó “Argentina canta en cuarentena”, que reunió a treinta artistas (León Gieco, Teresa Parodi, Pedro Aznar, Alejandro Lerner, Patricia Sosa, entre muchos otros) quienes cantaron “Como la cigarra”, el emblemático tema de María Elena Walsh. “Fue una idea de Juan Carr, de Red Solidaria, que yo pude producir a través de la relación que tengo con tantos artistas y la buena predisposición de ellos. Fue una experiencia preciosa”, comenta el pianista. Poco después, el 8 de abril, produjo el festival “Voces por el Clínicas”, dedicado al personal de la salud que lucha contra la pandemia desde la trinchera del Hospital (que fuera orgullo nacional, hoy devastado). Nuevamente convocó a músicos solidarios como Juan Carlos Baglietto, Manuel Wirzt, Julia Senko, Silvina Garré y Javier Calamaro. (Ambas actuaciones colectivas se pueden ver en Youtube).

En un momento declaraste: “No creo ser un personaje adecuado a lo que es la industria del espectáculo” ¿A qué te referías específicamente?

Nosotros siempre hicimos lo que quisimos musicalmente, nunca fuimos detrás de algún momento de pequeños éxitos que hemos tenido. Siempre tratamos de respetar la necesidad artística, nunca nos manejamos con los códigos de la industria de la música. Disfruto mucho lo que hago solo, con Baglietto (con quien grabó el discazo “Canciones inoxidables”), siempre tratando que sean proyectos que tengan que ver con lo que nos gusta y lo que queremos hacer.

También dijiste: “Jamás sería jurado de una competencia de talentos” ¿Por qué?

No me gustan las competencias de cantantes en los canales de televisión. Primero que es raro, difícil y equívoco poner a un jurado que diga si un artista tiene futuro o no, porque eso depende de tantas variables que es imposible saberlo. Y todos esos jurados que estuvieron trabajando en la tele, ellos mismos se han “morfado” éxitos y fracasos. Entones si uno supiera exactamente qué hacer para que siempre te vaya bien en esta actividad sería muy simple. En general las personas que corren atrás del éxito no me interesan. Una devolución pública de alguien que no te gustó como cantó o alguien que se expone por los sueños que han tenido siempre de que ese personaje de la familia triunfe con su voz o su instrumento, me parece que es un poquito morboso. Nunca me gustó eso, no me atrajo.

Le pregunto por sus recuerdos inolvidables: “Personalmente, el nacimiento de mis tres hijos Mariela (38), Luciano (28) y Jano (14) y, a nivel profesional, los primeros conciertos en el teatro Santa María o los comienzos del trío en un boliche que se llamaba El Ciudadano”, responde el artista. “También fueron imborrables los conciertos que di en unos teatros muy lindos de España en los años noventa. Tampoco olvidaré la noche que tocamos con Juan Carlos (Baglietto) en el Luna Park”, destaca.

La casona de los Vitale, en Estados Unidos al 600, también tiene su historia: “La heredamos con mi hermana, era de mis viejos. Ellos tenían esta casa y al lado tenía la mía, que era la sala de ensayo, el garaje, el estudio y mi vivienda. En principio al barrio lo eligieron mis viejos. Viví en distintos lugares y finalmente me vine a San Telmo hace 9 años. Me gusta como funciona el barrio. Este es un momento particular: está vacío, como debe ser en cuarentena. Es un tiempo que nos pone a prueba y nos permite conectar con lo creativo. Y San Telmo es uno de los barrios más lindos de Buenos Aires. Me encanta”.

Diana Rodríguez

 

 

Lito Vitale acompañado por su hijo Jano.

 

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