El Centro Cultural Fortunato Lacámera, afectado por el cierre de talleres y despidos del GCBA

El Centro Cultural Fortunato Lacámera, afectado por el cierre de talleres y despidos del GCBA
El 10 de marzo comenzaron las inscripciones para los talleres gratuitos de los Centros Culturales del Programa Cultural en Barrios en la Ciudad de Buenos Aires, y la cantidad de talleres ofrecidos se vio rebajada en más de un 50 por ciento. Ese mismo día, los trabajadores del programa, junto con vecinos y alumnos, se reunían en asamblea frente a la Casa de la Cultura —Avenida de Mayo 575—  para evaluar la situación y definir los pasos a seguir, ante lo que ellos consideran una decisión “injusta para los trabajadores y para los vecinos, que atenta contra la cultura de la Ciudad”, según indicaron en un comunicado de prensa. Además de esta situación, los docentes del Programa no cobran sus haberes desde diciembre.


Si bien según el decreto N° 166/08 que crea la planta transitoria de docentes establece una mayor cantidad de horas cátedra que en 2007, “el Ministro de Cultura Hernán Lombardi sólo designó el 45 por ciento de las mismas, reduciendo la cantidad de talleres de 1200 a cerca de 600”, aclara Daniel Conte, delegado de los docentes por ATE.
El centro cultural “Fortunato Lacámera”, de San Telmo (Av. San Juan 353), uno de los más importantes ejes de la cultura en zona Sur, no quedó ajeno a esta reducción.
Mariano Ferreyra, uno de los dos coordinadores del Lacámera, dio al El Sol de San Telmo un panorama de cómo afecta a ese centro la reducción: “Rompieron todas las parejas pedagógicas y dieron de baja buena parte de los talleres para chicos. Fue un recorte sin racionalidad”.
Para hacer visible la situación a los vecinos, el equipo del Lacámera decidió tener dos mesas de inscripción: una, donde se inscribía a los talleres “oficiales” y, otra, donde se inscribía a los talleres que quedaron fuera de la grilla del Centro. Revisando esta grilla, efectivamente se comprueba que de los cuatro talleres para niños que había en 2007, en 2008 se dictará, oficialmente, uno y que todos los talleres que requerían de dos docentes, este año tendrán sólo un profesor. A modo de ejemplo, el taller de teatro comunitario, que contaba con dos docentes y 16 horas cátedra en total, este año tendrá que arreglárselas con 4 horas cátedra (tres horas reloj) por semana, y con sólo uno de los dos profesores con sueldo.
El taller de cuento, del que participa Daniel Bosco, alumno del centro cultural desde hace cuatro años, fue clausurado. Daniel explicó que, tanto los talleristas —unos 30— como la profesora, tienen decidido continuar con el taller, más allá de que el Gobierno lo reabra o no, “sólo esperamos que nos dejen entrar al aula, porque a los centros llegó una circular que dice que no se pueden habilitar los espacios físicos para los talleres que fueron dados de baja”, y continuó: “Lo aberrante del hecho es que se cierren espacios como éste, de este programa, que es el único de su tipo. Es un avasallamiento sobre la cultura popular. Además de lo que puede ser a nivel artístico, está su significancia como contención. El año pasado teníamos una compañera de noventa y pico de años en Historia del Arte. Además, está la calidad de los docentes.”
El staff del Lacámera lo integran docentes de lujo. Muchos de ellos se quedaron sin taller, o vieron  sensiblemente reducidas sus horas de trabajo, lo que pone en peligro la continuidad de muchos de los proyectos, como la revista de los talleres de dibujo, comic y narrativa, o la llamada de tambores convocada por los talleres de candombe del centro cultural —origen de Las Lonjas de San Telmo—, uno de los aportes más representativos que el Lacámera le dio al barrio en sus más de 20 años de existencia.
Luego de que se hiciera público el conflicto, en  el Ministerio de Cultura dijeron que si hay inscriptos, algunos talleres podrían ser reincorporados a partir de abril. Esto no convence a los docentes porque “contradice el decreto de la planta que va del 1º de enero al 31 de diciembre. Además, en muchos centros culturales no permitieron que los vecinos se anotaran en los talleres que fueron dados de baja —informa Conte— porque esa era la orden que venía de arriba”. Al momento de cerrar esta nota, la coordinación del Lacámera estaba intentando conseguir que la Dirección General del Programa les reponga algunos de los talleres cerrados.
—María Eva Blotta

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1 respuesta

  1. Maria dice:

    hola amigos. todo esto que habla este articulo es muy cierto ademas de la calidad educativa de estos docentes esta la calidad humana y moral y la contencion que se le da a alumnos con discapacidades, adultos mayores sin recursos que tienen la posibilidad de alcanzar un taller gratuito y recreativo que en otro momento de la vida no habria podido hacer, el esparcimientopara los jovenes, y el intercambio cultural entre las distintas generaciones. Apoyemos a los talleres de eso depende tambien el ser buenos vecinos.

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