Nueva edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil

Nadie que se desempeñe como librero desdeña la literatura infantil y juvenil, esta porción de un comercio de venta de libros constituye -en estos tiempos de crisis profunda- un importante porcentaje de la venta cotidiana.

Esto ha hecho repensar a muchos la funcionalidad de una librería, ya que los padres, maestros, bibliotecarios, han realizado -de un tiempo a esta parte- un gran esfuerzo en inculcar la lectura a chicos y jóvenes; tarea que  debería estar en manos del Estado porque   aparece como la única institución que puede implementar un plan de fomento a la lectura, debido a que los márgenes de ganancia de los títulos de literatura infantil y juvenil no son suficientes para hacer grandes campañas de difusión. Esta tarea hay que hacerla, en todo caso, en conjunto entre el Estado, las Cámaras del Libro, las Ferias y, por supuesto también, las editoriales, librerías y bibliotecas.

Es entonces cuando en una librería se pone el cuidado y el ojo en la selección de material para este sector de lectores. En la experiencia cotidiana podemos dividir la literatura infanto-juvenil en cuatro sectores: pequeños lectores, lectores avanzados, juveniles y de entretenimientos. Quizá en este último ítem las grandes corporaciones llevan la delantera, produciendo libros vinculados con el juego y el consumo masivo derivado de otras actividades (films, neflix, alimentación). Cabe destacar el bajo nivel de educación y formación de estos productos ya que esos son, para las corporaciones internacionales, solo objetos que deben ser consumidos.

Otra instancia superadora es el esfuerzo y el trabajo de editoriales nacionales, donde ilustradores, diseñadores, escritores ponen fuertemente el acento en la formación de niños y jóvenes en valores creadores de humanidad e identidad.

Ahora que en unos días empieza una nueva versión de la Feria Infantil y Juvenil, será una buena oportunidad para observar qué tan pujante está el sector, cuáles son sus apuestas (si más juvenil o más infantil) y si habrá títulos de Disney o de autores e ilustradores locales.

Como dice la frase, quizá «lo mejor está por venir». Porque la comunidad de lectores en los libros juveniles ya está, al igual que la escuela como promotor de hábitos de lecturas. El primer trimestre de este año el Estado compró 3,6 millones de libros. Desafortunadamente ninguno de ellos fue de literatura: fueron todos libros de texto.

La Feria del Libro Infantil y juvenil se realizará entre el 11 y el 30 de julio en la ciudad de Buenos Aires con el propósito de promover la lectura entre los niños y jóvenes. Se trata de un evento gratuito para disfrutar en familia durante las próximas vacaciones de invierno y se desarrollará en dos sedes: Centro Cultural Kirchner y Tecnópolis.

Fernando Llera

 

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