Para una buena gestión, lo mejor es conocer el territorio

Nosotros, aquellos que moramos en este antiquísimo barrio, convivimos cotidianamente con la suciedad y los olores nauseabundos, con espacios públicos invadidos por comercios que se apropian de calles y aceras, con veredas rotas, con contenedores de basura usados como baños públicos. También con una nocturnidad estallada de ruidos y de efectos ligados al consumo desbocado del alcohol. Todo lo cual es incompatible con la vida misma para aquellos que decidimos residir y habitar este barrio.

¿Quiénes son los encargados de garantizar la higiene del barrio, quiénes dan permiso para semejantes habilitaciones, quiénes controlan que los comercios cumplan el adecuado uso de sus instalaciones, que no invadan las aceras y sus vías, que se controle lo que pueden o no comerciar, los horarios habilitados para hacerlo, etc.?

Incluso parece imperar un total estado de omisión para controlar a las empresas que operan arreglos de servicios públicos en el barrio. Rompen veredas y no las reparan en tiempo y forma, colocan vallas que impiden cualquier tránsito peatonal ¡Cuántas veces el transeúnte debe ponerse en riesgo caminando por la calle! Empresas que hacen lo que se les da la gana y escasa consciencia respecto a lo que significa un Casco histórico con bienes muebles e inmuebles de valor patrimonial que deben ser protegidos.

A esto se suma una problemática social que en el último año pareció agravarse. Cada día hay más personas en situación de calle en San Telmo y sus alrededores. Incluso familias enteras que duermen en cualquier umbral y donde se reproduce la misma dinámica antes descripta sobre la vía pública: consumo de alcohol, generación de suciedad y muchas veces consumo de droga a la vista de todos. Esto revela que lo que padecemos los vecinos no tiene distingo de clase social. San Telmo se está transformando en un espacio para llevar a cabo este tipo de dinámicas sociales.

De dicha situación surge la pregunta: ¿Qué políticas se están implementando para atender esta complejísima problemática? ¿Qué se está haciendo para garantizar la condición de Casco Histórico del barrio y para que sus residentes puedan seguir viviendo en condiciones de normalidad? ¿Qué solución progresiva y permanente se está implementando para las personas en situación de calle? No es cuestión de echarlas de los lugares que habitan transitoriamente, sino de atender sus necesidades y buscar una solución inclusiva y humanitaria.

Es importante entonces recordarles a los funcionarios y comuneros, el compromiso que han asumido para mejorar la calidad de vida de los vecinos de CABA y especialmente de nuestra pequeña aldea, que es el lugar que queremos y al que pertenecemos.

Comienza un nuevo año, empieza una nueva oportunidad, tratemos de no volver a desperdiciarla.

                                                                                   Estela Flores

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