¿Por qué uno es bombero?

¿Por qué uno es bombero?

Por Juan Carlos Nicolás Moreno

Seguramente existen infinidad de teorías al respecto, y aunque todas tendrán su verdad o ninguno la tiene, nadie lo puede afirmar.

Ser bombero para muchos es “estar loco”, “ayudar a quienes no conoces”. Otros piensan que es de tontos, porque únicamente un verdadero tonto se levanta de madrugada a ayudar a quien lo necesita. Los detractores, por otro lado, y por ahí más mezquinos, dicen que se ingresa al Cuerpo de Bomberos para comer asados, los “comeasados” los llaman. Existen muchas, muchas teorías el respecto.

Lo que a continuación se leerá está escrito por un señor llamado Martín Alejandro Gutiérrez Borrovich en su blog. Si es un hecho real o ficción, no se puede saber. La historia es interesante y no aclara porque se es bombero, sino que simplemente transmite un sentimiento. Yo creo que esto es ser bombero: un fuerte y gran sentimiento. Se siente, se quiere, se desea, se lleva en la sangre.

Uno es Bombero Voluntario por que está allí inscripto. Es la huella genética que cada bombero comparte. Todos poseen el mismo ADN.

Foto: gentileza de los Bomberos Voluntarios de San Telmo y Puerto Madero.

Foto: gentileza de los Bomberos Voluntarios de San Telmo y Puerto Madero.

Querer ser bombero

¿Qué quieres ser cuando seas grande?

La madre de 26 años se quedó absorbida mirando a su hijo que moría de leucemia terminal.

Aunque su corazón estaba agobiado por la tristeza, también ella tenía un fuerte sentido de determinación. Como cualquier madre, deseaba que su hijo creciera y realizara todos sus sueños, pero ahora eso no era posible para él. La leucemia no se lo permitiría.

Pero aun así, ella todavía quería que los sueños de su hijo se realizaran. Ella le tomó la mano y le preguntó: “Billy, ¿alguna vez pensaste en lo que querías ser cuando crecieras?, ¿soñaste alguna vez y pensaste en lo que harías con tu vida?

Y Billy le respondió,“Mami, siempre quise ser bombero cuando creciera”.

Ese día, mas tarde, la mamá de Billy se dirigió a la estación de bomberos y allí conoció al bombero Bob, un hombre con un corazón muy grande.

Ella le explicó el último deseo de su hijo y le preguntó si era posible darle a su hijo un paseo alrededor de la cuadra en un camión de bomberos.

Bob le respondió: “Mire, podemos hacer algo mejor que eso. Tenga a su hijo listo el miércoles a las 7 en punto de la mañana y lo haremos un ‘bombero honorario’. Durante todo el día él puede venir con nosotros a la Estación, comer con nosotros y salir con nosotros cuando recibamos las llamadas de incendio. Y si usted nos da las medidas, le conseguiremos un uniforme de bomberos, con un casco verdadero que lleve el mismo emblema de la estación que nosotros portamos y hasta un par de botas”.

Tres días mas tarde el bombero Bob recogió a Billy, le pusieron su uniforme de bombero y lo condujeron desde la cama del hospital hasta el camión de bomberos.

Billy se sentó en la parte de atrás, junto a la dotación y fue llevado hasta la estación.

Él se sentía como estar en el cielo.

Ese día hubo tres llamadas solicitando la intervención de esa estación y en esas tres llamadas Billy salió junto a sus “compañeros”, en tres camiones diferentes: la primera vez a salió en una ambulancia con los paramédicos, la segunda en una autobomba y la tercera en la camioneta de la Jefatura.

Tanto esmero pusieron los bomberos para hacerlo cumplirle su sueño, y Billy fue tocado tan profundamente en su corazón, que tuvo una sobre vida de 3 meses de lo diagnosticado por los médicos.

Una noche todas las señales vitales comenzaron a decaer dramáticamente y el Jefe de Enfermería, que creía en el concepto que nadie debe morir solo, comenzó a llamar a sus familiares para que se acerquen. Recordó que el día más feliz en la vida de Billy fue el que compartió con los bomberos, por lo tanto procedió a darles la mala noticia.

El bombero Bob respondió que se harían presente:“Estaremos allí en cinco minutos, solamente le pido un favor, cuando oiga las sirenas y vea las luces de las balizas anuncie por los parlantes que no se trata de una emergencia, sino que el Departamentos de Bomberos viene a despedir a uno de sus bomberos, y por favor abra la ventana de la habitación de Billy”.

Cinco minutos más tarde, las sirenas y luces atronaron los alrededores del hospital. Por la ventana del tercer piso un gancho se aferró al marco de la ventana, por la cual ingresó todo el personal de la Estación.

Con la autorización de la mamá, cada uno de los bomberos abrazó y arrulló al pequeño Billy, diciéndole cuanto lo querían. Fue la despedida fraternal que recibió de sus camaradas.

Con el último de los alientos el pequeño miró al bombero Bob y le preguntó: “¿Soy verdaderamente un bombero ahora?”

Bob le respondió:

“Si Billy, ya eres un bombero”.

Con esas últimas palabras el pequeño sonrió y cerró sus ojos por última vez.

No cierres tus ojos ni les des la espalda a los Bomberos Voluntarios. Ellos están allí, siempre en espera, hasta que llegue el momento en que los necesites.


logo_web*Participante en una clínica de periodismo comunitario que realizó El Sol de San Telmo con los Bomberos Voluntarios de San Telmo y Puerto Madero durante el mes de agosto, 2011. Este proyecto se puede realizar gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina.

También te podría gustar...

2 Respuestas

  1. angel omar oliva montealegre dice:

    El ser bombero es llevar en la sangre el don de ayudar al projimo y lo heredamos de aquel buen samaritano que ayudo al moribundo en el tiempo de nuestro señor jesucristo.

  2. orlando dice:

    Triste pero a la vez motivadora historia todos debemos luchar por nuestros sueños y si tenemos una salud optima con mas razon

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *