PRESERVAR o TRANSFORMAR, esa es la cuestión
Nosotros, me incluyo, los que estamos del lado de la preservación (defender contra algún daño), los que habitamos San Telmo -corazón del CASCO HISTÓRICO-, los que aportamos todos los días una simple mirada vecinal, seguimos viendo con gran asombro cómo la transformación (cambio, modificación) continúa en nuestro querido y maltratado barrio.
Haciendo un poco de historia reciente de transformaciones, podríamos decir que uno de los ejemplos más significativos fue el que se produjo en el Mercado de San Telmo. Pasó de ser un centro de encuentro y provisión de alimentos para los vecinos a un desordenado comedor bochinchero, destinado -preferentemente- al visitante de paso.
Otro ejemplo fue el desafortunado maltrato de fachadas, de locales ubicados sobre la calle Bolívar, lastimadas con distintos graffitis vandálicos sin marco regulatorio alguno. Otro más fue la compulsiva habilitación y apertura de cervecerías y bares nocturnos, transformando el área en un reducto fiestero a cielo abierto hasta la madrugada, con ocupación ilegal de aceras y veredas, con salideras que provocan peleas, gritos, desmanes y apropiación indebida del espacio público.
Y podría seguir mencionando…
Ahora nos toca vivir una nueva transformación, la destrucción de calles con el retiro del pavimento existente -que lo tenían en muy buen estado (fotos de ejemplo)- para reemplazarlo por granitullo, a fin de crear un corredor semipeatonal que -dicen- repetirá la tipología urbana similar a la que utilizaron para algunas calles del microcentro. El retiro de todo medio de transporte público colectivo -que hoy circula por las calles internas- desplazándolo hacia las avenidas, sin dar una solución de acceso al mismo para personas mayores y discapacitados.
A todo esto le llaman «La transformación no para» (?)
¿De qué puesta en valor se trata? Diría que se trata más bien de destrucción compulsiva y no de transformación.
Diría también que se trata de un gasto inútil, de alto valor presupuestario que, como todos sabemos, sale de nuestros bolsillos.
Un CASCO HISTÓRICO merece más respeto, más cuidado. Y el nuestro, a diferencia de otros tantos, cuenta con una alta población estable; con vecinos que habitan esta pequeña aldea; con vecinos que le dan carácter de barrio; con vecinos que, una vez más, no son tenidos en cuenta.
Lo que necesitamos, es que haya más seguridad nocturna y control del espacio público, mayor limpieza, mayor cuidado y mantenimiento de fachadas patrimoniales, buen estado de veredas y rampas, un marco regulatorio para poner freno a la habilitación indiscriminada de nuevos bares y boliches nocturnos… y tantas cosas más.
Como conclusión diría que estas intervenciones conducen -inevitablemente- a la pérdida de nuestros valores, tanto tangibles como intangibles. Son tan solo un disfraz, un disfraz costoso por cierto, un disfraz quizás para engañar y recrear al visitante o turista de paso y que -por supuesto- no mejora en nada la calidad de vida de los que habitamos San Telmo. Muy poco tiene que ver con la preservación y cuidado de nuestra identidad.
Así es como, lentamente, los vecinos pasamos a ser simples actores que van perdiendo su escenario.
Arq. Alberto Martínez
Totalmente de acuerdo: ¡gracias! De esto hablamos hoy en la Asamblea del 8/6/22. Invitadísimo a unirte al grupo: https://chat.whatsapp.com/K7w5nB5923VGLs6rT5Yg7i