Próspero Catelin. El Arquitecto y su obra

El 1º de mayo de 1822 se inaugura, en la Manzana de las Luces, la Sala en la que sesionará la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires. Allí lo harán también el Congreso Constituyente de 1824-1827, el Congreso Constituyente Provincial de 1854, el Congreso Nacional entre 1862 y 1864, la Legislatura del Estado de Buenos Aires entre 1852 y 1861, las Convenciones Provinciales de 1860 y 1870, el Consejo Deliberante de la ciudad desde 1893 hasta 1931. Será luego el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, hasta el traslado de la Facultad en 1972.

Próspero (Prosper) Catelin

Así como parecería no conservarse ningún retrato del mismo, tampoco existen datos precisos acerca del lugar de nacimiento y estudios de Próspero Catelin, quien habría nacido en Francia en 1764 y se habría formado como arquitecto-ingeniero. En Buenos Aires contrajo matrimonio con María Dionisia Garay con quien tuvo un hijo, Próspero Benjamín Catelin Garay. Falleció en Buenos Aires en 1842 (algunas fuentes mencionan San Fernando, 1870; pero este dato corresponde a su hijo) y fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta.

Poco después de su llegada al país, en 1821 es designado Jefe de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires e incorporado al Departamento de Ingenieros-Arquitectos (luego Comisión Topográfica) que funciona en la Manzana de las Luces y que dirige hasta 1828. Catelin participa en el diseño y construcción de la fachada de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires y del Cementerio General del Norte (Recoleta), ambas obras de 1822.

La Sala de Sesiones de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires

La Junta de Representantes reemplazó al Cabildo luego de la fundación de la Provincia y la disolución del mismo en 1820. Funcionó, al principio, en el edificio que fuera Consulado y luego se construyó para sus deliberaciones la sala que sería primera en su tipo y funciones en Latinoamérica. Fue concebida en el marco de las ideas del filósofo utilitarista Jeremy Bentham, con quién Bernardino Rivadavia sostuviera correspondencia al respecto y debía servir para practicar y promover la participación de los representantes del pueblo y del pueblo mismo (presente en las galerías) en los asuntos del Estado. La sala, sus oficinas anexas y los ingresos correspondientes, se construyeron demoliendo y modificando parte de los edificios redituantes construidos por José Sáa y Faría hacia 1782: la llamada “Casa Grande del Sur”, sobre la calle Moreno por donde se ingresaba a las galerías y otra -con puerta a la calle Perú- por donde ingresaban los miembros de la Junta y autoridades.

Si bien no se han conservado los planos originales de su construcción, subsiste un pequeño grabado que la reproduce -publicado en 1826 en el Diario de Sesiones del Congreso General Constituyente- y un bosquejo de la planta realizado por Felipe Senillosa, en el año 1840.

El diseño de la Sala estaría inspirado en la de los Diputados del Palacio Borbón de Paris. Resulta también muy semejante a la Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados de México, construida menos de una década después según el mismo modelo.

En 1825 se realizan algunos cambios, remplazándose el piso, modificándose la Mesa del Presidente y agregándose más asientos en el Hemiciclo. En 1836 se encaran nuevas refacciones: paredes y tapizados lucen el rojo punzó característico de la época, sumándose las cartelas con las consabidas frases: “Federación o Muerte. Vivan los federales. Mueran los Unitarios. Entrada Pública a las galerías de la Sala de Representantes” y “Federación o Muerte. Vivan los federales. Mueran los Unitarios. Casa de Representantes de la Provincia” sobre las puertas de las calles Moreno y Perú, respectivamente. A mediados de 1858 se realiza la colocación de la iluminación a gas en el edificio y se instalan diversos artefactos y la gran araña de la Sala que, aparentemente, permanecería hasta las obras de remodelación en la década del setenta, cuando es descolgada y se pierde el rastro de la misma.

A fines del siglo XIX, al instalarse allí el Consejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires, se realizan nuevas modificaciones en las oficinas y en la Sala y se coloca detrás de la Mesa de la Presidencia la “Alegoría de América”, del escultor chileno Nicanor Plaza.

Al crearse en 1971 la Comisión Nacional de la Manzana de las Luces y encararse la demolición de los edificios “no históricos” (¿?) de la misma y la recuperación selectiva de solo una parte de su pasado, la entonces Aula Magna de la Facultad de Arquitectura es completamente desguazada y parcialmente demolida para recuperar los pocos vestigios restantes de la construcción de 1821 y reconstruir su aspecto, con la única ayuda del pequeño grabado que encabeza esta nota. El tiempo dirá si el criterio arqueológico fue acertado o no…

Durante sus más de 100 años, como espacio de discusión político y gestión administrativa, la Sala de Representantes fue testigo de hechos y debates trascendentales en la historia argentina tanto a nivel de Nación, como de Provincia y de Ciudad. En ocasión del bicentenario de su inauguración, el Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces ofrecerá una serie de notas referidas al tema, comenzando por esta presentación, dedicada a su constructor y sus características, a la que seguirán otras dedicadas a los diferentes períodos y funciones que la misma cumplió.

José Sellés-Martínez

Aspecto idealizado de la Sala Acuarela de Julián Bosch (Fuente: patrimonio IIHML).
La Sala de Sesiones de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires. Miniatura impresa en el Diario de Sesiones del Congreso General Constituyente en el año 1826.

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *