¿Qué pasa con el Lezama?
Desde hace algún tiempo se ve al Lezama descuidado. Los monumentos están vandalizados, faltan balaustres en las barandas de los balcones, hay poca iluminación, la vegetación está descuidada, faltan bancos y algunos senderos están en mal estado.
El proyecto para la puesta en valor del Parque (basado en uno de 2008 pensado por ambientalistas, antropólogos, historiadores y paisajistas de Buenos Aires) ya está aprobado por la Comisión de Cultura y faltarían otras dos aprobaciones. Sin embargo, de la primera tanda de trabajos que deberían haber comenzado el año pasado y finalizado en diciembre no hay novedades y no está claro si las obras no continúan por falta de presupuesto o por acción de la Asamblea del Parque Lezama. Básicamente la puesta en valor abarca el enrejado perimetral del 75/80 % del Parque, la restitución del espejo de agua que existió hace varios años bajo las gradas del anfiteatro, la colocación de rosedales en los dos primeros escalones de sus gradas y, el retiro de las canchitas de fútbol sobre la calle Martín García.
Las opiniones que están en vilo con respecto a lo planteado por el proyecto, las podemos ver reflejadas en la Asamblea del Parque Lezama y en la Asociación Civil del Mirador del Lezama. Ambas son válidas y tienen como objetivo la puesta en valor del Parque. ¿Qué propone cada una?
Mauricio García, integra la Asamblea del Parque Lezama desde su creación -hace tres meses-. Llegó casi por casualidad a las reuniones donde se trataba el proyecto, organizadas el Ministerio de Espacio Público, comuneros y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “No habían invitado a nadie, por su puesto. Había sólo quince personas de las miles que somos de San Telmo, Barracas y La Boca. Nosotros éramos cinco más, o sea veinte en total y el resto eran invitados por ellos. La única comunicación oficial que tuvimos fue esa reunión que duró dos horas, en la cual les planteamos que no queríamos que enrejen el parque, ni el espejo de agua y tampoco que saquen las canchitas de futbol” dice.
Luego de aquella primera reunión se realizaron otras dos, donde se contactaron con Diego Santilli, Ministro de Espacio Público, en las que este se comprometió a enviar un proyecto alternativo con las modificaciones sobre el espejo de agua y las canchitas de futbol y a suspender el tema de las rejas, temporariamente. “… de hecho Santilli dijo por los medios de comunicación, que iba a empezar la puesta en valor sin el enrejado y después se verá con el consenso de los vecinos” asegura Mauricio.
Ailyn Méndez y Soledad Meiller son ambas vecinas del barrio e integran la Asamblea. Están en desacuerdo con el enrejado del Parque y así lo expresaron:“No es un Parque de un barrio, es un Parque de la ciudad. No quiero espacios cerrados. Lo que me generan las rejas es depresión, es tristeza, es exclusión”, comenta Ailyn. Y Soledad, quien se enteró de lo que estaba haciendo la Asamblea por ser una asidua ´usuaria´ del lugar, agrega: “Vivo a dos cuadras y media desde hace dos años y voy al Parque casi todos los días desde que llegué. De hecho me mudé única y exclusivamente porque estaba el Parque a dos cuadras. Voy a luchar, hasta el final, para que (el Parque) no se enreje.”
Graciela Fernández, de la Asociación Civil Mirador del Lezama y el arquitecto Alberto Martínez, de San Telmo Preserva, vienen solicitando mejoras para el Parque desde hace 9 años. Recuerdan el proyecto original de 2008 como una “belleza” y dicen que el nivel de los profesionales que participaron en él y de su presentación, era altísimo. Dicho proyecto, como estaba estipulado, debía pasar por la aprobación de la Comisión de Museos, Monumentos y lugares Históricos para ser implementado. Si bien la Comisión dio su visto bueno, lamentablemente -según sus opiniones- nunca se llevó a cabo probablemente por su elevado costo de realización. “Ese proyecto se diluyó, la gente se fue yendo, hasta pensamos que lo habían ´cajoneado´”, comenta Graciela. Sin embargo no fue así. El proyecto sigue vagando por alguna oficina pública y ahora será reemplazado.
Durante los últimos 9 años Graciela y Alberto han venido ´golpeando´ diferentes puertas pidiendo por el reacondicionamiento del Parque. Lo que moviliza a estos dos vecinos es su estado general de deterioro. “El parque está literalmente destruido”, comenta Graciela.
Alberto Martínez es claro en cuanto a lo que El Mirador y San Telmo Preserva desean para el Parque: “Después de tantos años de luchar por la recuperación del Parque Lezama, cuando nos encontramos con este segundo proyecto -luego de haber visto el original- pensamos ´por lo menos no es una cosmética´ y terminamos aceptándolo. Y aceptamos también todo lo que implicaba el proyecto, que no es solo la reja. Por sobre la reja, para nosotros, prima el proyecto integral del Parque”.
¿Las propuestas?
Mauricio propone: “…más iluminación, poner placeros para que cuiden el Parque y que le enseñen a la gente cómo cuidarlo también, a educar a la gente en ese aspecto, a mantenerlo”. Los primeros meses de este año, la Asamblea ha buscado el consenso de los vecinos para detener los trabajos en el Parque ya que consideran que “con el proyecto prácticamente se anularía el uso del anfiteatro como un lugar de reunión social, de reuniones culturales, sociales, políticas, de organizaciones y demás” dice Mauricio.
Graciela asevera que “El Parque necesita un director, una cabeza, que entienda del tema y que tenga un plan de manejo. Si no tiene rejas -aunque nunca consideramos esto como la parte relevante de lo que tiene que ser una puesta en valor integral- todo lo que hagan se pierde en un mes. Así, estarían tirando la plata”. Y Alberto acota: “vamos a ´empujar´ para que lo cuiden y lo mantengan, una vez que se hagan las obras”. Por otro lado, Graciela agrega: “Estamos convencidos de que faltan espacios en el barrio donde los chicos jueguen, una buena pileta de natación, canchas de fútbol y básquet, pero no en el parque”.
Seguridad/inseguridad
Mauricio cuenta que él, como vecino, recibió una encuesta telefónica “muy inducida y que todo el tiempo hacía hincapié en el tema de las rejas para paliar la inseguridad que había en el Parque”. Concernidos por el tema, la Asamblea comenzó a investigar las razones de esta declaración. “Fuimos a la comisaría 14°, hablamos con el subcomisario y nos dijo que la zona del Parque tiene uno de los índices más bajos de delincuencia que hay en la ciudad” dice Mauricio. La opinión de Graciela no es justamente la contraria: “En el parque pasan cosas, como pasan en todos lados”.
Qué hacer o qué no hacer entonces con el Parque es un planteo que nos incumbe a todos los santelmeños, pero al mismo tiempo está teñido por los tejes y manejes de la política ¿Hasta dónde podemos “empujar” los vecinos? ¿Cuál es el mejor planteo de recuperación? En principio no creo que tengamos que hablar de mejores o peores planteos. Es igualmente válido recuperar el esplendor que el Parque tuvo en 1930 o adaptarlo a las necesidades de los tiempos que corren. Pero en lo que sí considero debemos hacer hincapié como vecinos, es en el compromiso que hay que asumir con lo que pasa en el barrio.
Por Clara Rosselli