Que sí, que no
Los adoquines en San Telmo han sido, en muchas oportunidades, un factor de controversia entre las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y los vecinos que queremos mantener el legado histórico de nuestros antepasados.
Como siempre decimos, es lógica la evolución pero es ilógico desechar todo lo que se hizo anteriormente con el pretexto de “modernizar” o “transformar”. Primero porque no se puede cambiar de un día para el otro el entorno social de los habitantes de un lugar y segundo porque lo “heredado” es parte de la cultura que diferencia una sociedad de otra. Esa diversidad es lo que enriquece.
San Telmo siempre está en la mira. Recordemos lo sucedido en nuestra pequeña aldea en 2008 cuando el GCBA -a cargo del Ing. Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta como Jefe de Gabinete de Ministros y hacedor- ideó convertir Defensa en una calle peatonal asfaltada (o sea que en ese momento la idea era levantar los adoquines). Los vecinos y comerciantes se opusieron firmemente, desbaratando el plan propuesto.
En 2013 comenzaron la confección del “Plan Buenos Aires 2030” a fin de “pensar juntos la ciudad del futuro para mejorar el día a día de cada ciudadano”. Se analizaron los sistemas de las ciudades correspondientes a los países de Irlanda, Australia, Estados Unidos, Brasil, España, Ecuador, Colombia, etc. comparando -entre otros ejes- su movilidad. Pero ya en julio/2013 se inauguró el Metrobús de la 9 de Julio, cambiando completamente el sistema de transporte urbano. Ahora harán lo propio directamente en nuestro barrio, con el traslado de los colectivos a la Av. Paseo Colón y/o a la Av. 9 de Julio.
Volviendo a los adoquines, la cuadra de Carlos Calvo y Balcarce también tuvo su historia con relación a ellos, cuando en marzo/2013 el GCBA comenzó a levantarlos “de la noche a la mañana”. Los vecinos presentaron un amparo para detener la obra que estuvo parada durante -aproximadamente- veinte meses y las autoridades tuvieron que volver a colocarlos.
En 2017 nuevamente el GCBA removió los adoquines, ahora sobre la calle Defensa al 1600 frente al Parque Lezama y más aún, sacaron vías y durmientes “en desuso”.
En 2021 idearon el “Plan Futuro” con el slogan “Construyamos hoy la ciudad del mañana” y en ese marco decidieron hacer “una gran transformación” en el Casco Histórico, que nos incluye, pero que no nos tiene en cuenta. En esta nueva movida, vemos los banner colgados en las rejas de las obras que comenzaron, donde se observa que nivelarán las veredas y las calzadas, colocarán bolardos y rejillas de desagüe que nada tienen que ver con el entorno histórico de nuestro lugar y adoquinarán calles que en su momento decidieron asfaltar.
A esta altura afirmamos que los históricos adoquines son un símbolo tanto para unos como para los otros. A través del nuevo plan urbano denominado “La transformación no para” ahora es a la inversa, el GCBA pasó de querer asfaltar todo a querer adoquinar todo, como quien da un “volantazo” hacia una “renovación” que no es tal.
En realidad si en su momento hubieran escuchado la opinión de los vecinos que queríamos mantener el adoquinado histórico, no por capricho sino porque nuestro barrio es parte del Casco Histórico de la ciudad y era lógico que deseáramos conservarlos, no haría falta toda esta obra que “inunda” el barrio y lo vuelve a desorganizar.
Esto demuestra, una vez más, que todo se hace impulsivamente: antes asfaltaron para “modernizar” la zona, hoy vuelven a colocar los adoquines -de los que antes renegaban- para “transformar” el lugar. Por su parte, hace poco más de un año cambiaron el recorrido de varias líneas de colectivos y en un corto tiempo lo volverán a hacer -con el gasto consiguiente por el traslado, nuevamente, de las paradas-, desorientando una y otra vez a los usuarios.
San Telmo parece un barco a la deriva, haciendo honor al patrono del barrio.
Isabel Bláser