Que sí, que no, el Lezama se abrió
El pasado 29 de abril reabrió el parque Lezama y eso significó, tanto para los vecinos de San Telmo como para mucha gente de otros barrios, una alegría y un gran alivio.
Las refacciones planificadas por el Gobierno de la Ciudad bajo el nombre: Puesta en Valor del Parque Lezama que estaban proyectadas para realizarse en cinco meses, se extendieron y eso hizo que permaneciera cerrado aproximadamente un año.
Finalmente volvemos a tener nuestro parque y más lindo que antes. La noticia podría terminarse allí, pero lo cierto es que la decisión de arreglarlo y reformarlo provocó mucho “ruido” en nuestra comunidad y generó acciones barriales muy importantes, con participación vecinal.
Una de esas acciones, fue la creación de la Asamblea Parque Lezama conformada por organizaciones barriales, vecinales, asociaciones civiles y vecinos auto-convocados que se organizaron para debatir y proponer sobre varios puntos del proyecto que resultaban controvertidos y que impactarían en la vida social y estructural del Lezama, como espacio público.
Con la idea de entender el porqué del surgimiento de la Asamblea, de informarnos acerca del proyecto de refacciones y cuáles fueron los principales puntos de conflicto, nos reunimos conEva Bernat, una vecina, que forma parte de la Asamblea desde sus comienzos.
El Sol: ¿Cuándo y para qué se formó la Asamblea?
Eva: Se formó en marzo del 2013, luego de que gente de la Asamblea del Parque Centenario se reuniera con nosotros para contarnos sobre la decisión del Gobierno de la Ciudad de enrejar el parque. La Asamblea surge por la necesidad de los vecinos de poder participar y debatir sobre las decisiones que alteran, radicalmente, la vida de un espacio público muy importante para la comunidad.
E.S.: ¿Cuáles eran las modificaciones más controvertidas que planteaba el proyecto, que motivaron las acciones de la Asamblea?
E.: La Asamblea trabaja en tres ejes: No a las rejas en el parque, No a la desaparición de las canchitas de fútbol y No a la construcción de una fuente en la zona del anfiteatro; que era lo que estaba previsto. La Asamblea sí está de acuerdo con las reformas que tienen que ver con el mejoramiento del predio como: la luminaria, el arreglo de los senderos, de los monumentos y la colocación de cámaras de seguridad.
E.S.: ¿Por qué consideran que el enrejado es negativo?
E.: El parque es un espacio fundamental en la vida social de sus alrededores. No solamente vamos al parque la gente de San Telmo sino que, para muchos vecinos de La Boca, Barracas, de la Rodrigo Bueno, el parque es como el patio de atrás de su casa. Muchos vivimos en espacios reducidos y no contamos con otras opciones para disfrutar al aire libre. El parque es muy importante, entonces, como lugar recreativo y cultural. En este sentido, la dinámica que tiene quizás es diferente a otros lugares donde las rejas pudieron funcionar, por eso nosotros creemos que es fundamental que la gente tenga libre acceso al parque.
E.S.: ¿Qué piensan acerca de la seguridad y cuáles son las propuestas?
E.: ¿Qué te da más seguridad, un lugar desértico o un lugar con gente? Un predio tan grande y con tantos desniveles como tiene el Parque Lezama quedaría muy oscuro enrejado e impediría -además- que la gente lo cruce obligando a circundarlo. Los parques con rejas cierran en verano a las 20 y en invierno a las 19 y se apagan las luces.
E.S.: ¿Qué propone la Asamblea?
E.: Que haya verdadera participación vecinal y que las medidas no nos llegue como paracaidistas. Esto es posible a través de un Plan de Manejo Participativo, con mesas de trabajo desde donde surjan las propuestas. Y -en lo concreto- con respecto a la seguridad, que haya más luminaria, que se haga el monitoreo con las cámaras y que haya guarda-parques.
E.S.: ¿Cuáles fueron las acciones de la Asamblea durante todo este tiempo?
E.: Fue muy difícil obtener información y reuniones con los responsables del proyecto de Puesta en Valor, lo que hizo muy duro el trabajo. Los que formamos parte de la Asamblea somos vecinos que tenemos nuestros trabajos y responsabilidades aparte, pero cada uno se ocupó de tareas diferentes y destinó parte de su tiempo personal para aportar a lo colectivo. Hicimos actividades donde se acercaron cientos de personas para dar apoyo y para sumarse al reclamo, como por ejemplo el Gran Abrazo al Parque Lezama en defensa del espacio público que se hizo el 14 de julio de 2013. Allí se produjeron diferentes expresiones artísticas: teatro, murga, murales, música -entre otras- y estuvimos alrededor de 1500 personas abrazando al parque para impedir las rejas. También tenemos un programa de radio en FM Riachuelo 100.9 que se llama “EspantaRejas” y que está los sábados a las 13 hs.
E.S.: El parque abrió ¿Qué se hizo, qué no y cuál es el futuro?
E.: Se colocaron más luces con tecnología de led, se arreglaron los caminos, se colocaron las cámaras, se sacaron árboles y plantaron nuevos, se restauraron los monumentos y se sacaron las canchitas de fútbol y hay dos guarda-parques a la mañana y tres a la tarde. Con respecto a las rejas, por ahora está suspendida su colocación pero ese tema fue un capítulo largo donde se realizaron acciones de manera ilegal por parte del Gobierno de la Ciudad que -por ejemplo- inició su colocación sin la autorización de la Comisión Nacional de Museos que, por ley, tiene carácter vinculante en el tema. Todo esto, sumado a denuncias de vandalismo inexistentes, nos hace dudar que se respete lo acordado. Pero lo cierto es que el enrejado está suspendido y fue un gran logro de todos los vecinos, así que el sábado 13 de junio a las 15 haremos -en el anfiteatro del parque- un festival con diferentes intervenciones artísticas para festejar; al que estamos todos invitados.
El Parque Lezama está disponible nuevamente, más lindo y ahora con un plus valioso: el sable del General San Martín ya está en el Museo Histórico Nacional, que se encuentra dentro de su perímetro. Además de ser nuestro lugar querido, será custodio del arma que el Libertador empuñó en la independencia de la Patria. De alguna manera, quizás simbólica, llegó al parque la “seguridad”.
Texto y foto: Cecilia Calderón