“Queremos mantener la esencia pura del tango”
Ariel Juárez y Cristina Domínguez Cóppola, pareja de baile.
Ellos definen su estilo como “rústico”. “El tango tiene mucha influencia de otras danzas como la clásica, la contemporánea y hasta del jazz, eso hace que a veces parezca demasiado estilizado. A nosotros nos gusta que el tango tenga ‘el barro’ de sus orígenes”, explica Ariel Juárez, ingeniero en sistemas dedicado al 2×4, que vive en San Telmo desde hace ocho años.
Su compañera de baile, Cristina Domínguez Cóppola, es periodista e instructora de Pilates. Vino de su San Luis natal, para perfeccionarse en el estudio del tango. Se conocieron en el cumpleaños de un amigo en común, en 2015 y ahora comparten clases, ensayos, shows y exhibiciones. “El año pasado daba clases de Pilates todos los días, pero fui acotando la frecuencia para dedicarme más al tango” cuenta Cristina, en uno de los estudios donde trabaja.
Ambos vienen de actuar en el festival “Juntos por la música” en el teatro Astros. Una vez al mes hacen un show en el Café Tortoni, del que participan 18 artistas: dos orquestas, dos parejas de baile y seis cantantes.
Cuentan con orgullo que actuaron en Marabú, el lugar emblemático de Maipú y Corrientes, donde tocaron las mejores orquestas de Buenos Aires desde los años treinta. “De hecho, ahí debutó Troilo en 1937”, subraya Ariel quien dio clases hasta en Manhattan. Y sobre eso cuenta: “Fui en forma independiente y terminé dando clases en Strictly Tango de Nueva York, la escuela más conocida de esta danza en los Estados Unidos”.
Al estudio de San Telmo donde dan clases, llegan alumnos de distintas partes del mundo: Australia, Suiza, Alemania, Francia, Portugal, Japón, Taiwan. “Por suerte hay tango en todo el mundo”, afirma Cristina, quien también bailó durante unos años en la Plaza Dorrego. Ambos recuerdan la época en que trabajaban “a la gorra”: “Pasamos mucho frío, calor, bailamos en pisos malos que arruinaban los zapatos y hacían doler los pies. Pero, bueno, todos pasamos por eso alguna vez”, señala Ariel, que actualmente también da clases con la prestigiosa bailarina Elsa María Borquez, en su estudio de Recoleta.
Ariel & Cristina salieron tricampeones en el Festival de Chivilcoy -en 2018- en las categorías tango salón, escenario y milonguero. “Queremos que nuestra pareja mantenga las raíces y la esencia de Tango Argentino, la compañía que llevó el baile del 2×4 al mundo”, agrega el bailarín. “Hoy en día la moda es el tango escenario, apodado ‘for export´, basado más que nada en las piruetas. Nosotros no vamos con esa tendencia, sino que tenemos nuestro propio estilo”, define Ariel.
La pareja se presentará, con la banda de música de la Armada, en la Fragata Libertad y en la Corbeta Uruguay, en el marco de la Noche de los Museos. Y todos los martes organizan la milonga “A pan y agua” de Wallace Bar (ex Dottore Malatesta), en Chacabuco 917, CABA.
“Somos amigos. Elegir una pareja de baile implica un montón de cosas, básicamente confianza, compañerismo y respeto mutuo”, resume Juárez.
Texto y foto: Diana Rodríguez