Recorrido patrimonial de la calle Bolívar (parte 1)
Por Clara Rosselli
Como la mayoría de las calles de nuestra ciudad, al menos las que pertenecen al área antigua, Bolívar ha tenido diferentes nombres. Antes del Siglo XX se llamaba Universidad. Es una de las calles más importantes del barrio debido a su larga historia y al alto contenido de edificios patrimoniales que vuelcan sus fachadas sobre ella. En esta nota hablaremos de algunos de ellos. Nuestro recorrido, que se divide en dos etapas, comienza en Bolívar 1, con un edificio que le hace frente a la tan concurrida Plaza de Mayo, y va subiendo en numeración hasta llegar a la avenida Belgrano.
Palacio de Gobierno – Bolívar 1
El Palacio de Gobierno, ubicado en la esquina de Bolívar, Diagonal Norte y Avenida de Mayo, fue construido entre 1891 y 1902 y su anexo, sobre la calle Rivadavia, se terminó en 1913. Es obra del arquitecto italiano Giovanni Cagnoni sobre un proyecto del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo. Curiosamente, a los terrenos donde actualmente se encuentra el Palacio de Gobierno llegaba parte del Cabildo: existía allí una prisión y la casa de un traficante de esclavos, Pedro Duval. Con la apertura de la Avenida de Mayo, la trama urbana fue modificada, el Cabildo acortado y la prisión demolida. El terreno fue entonces cedido a la Intendencia Municipal y allí fue construido su edificio por la empresa Castello y Scala. Las épocas de crisis que enfrentaba el país hacia 1890 obligaron a ahorrar en gastos y la edificación fue lo más austera posible, razón por la cual se aprovecharon materiales y elementos decorativos de la casona de la familia Zuberbühler que había sido demolida para abrir la Avenida de Mayo.
Su estilo corresponde al academicismo francés, visible en las mansardas de la parte superior, con elementos italianizantes y alemanes. Su mayor altura actualmente se registra en el reloj sobre la Avenida de Mayo, de 48,2 metros, aunque antiguamente tenía una cúpula de 65 metros de alto sobre Rivadavia, que fue removida ya que la falta de mantenimiento afectaba su estructura y ponía en peligro tanto la vida de los transeúntes como la del edificio mismo.
Hacia mediados de la década del cincuenta, la entrada de la esquina de Avenida de Mayo y Bolívar fue tapiada, las ventanas disimuladas y las escaleras de acceso bloqueadas. Muchos años más tarde, durante trabajos de mantenimiento, los obreros encontraron las escaleras originales, mosaicos, chapas policiales de más de 110 años de antigüedad y una hoja de diario fechada en 1955, año en que se sospecha que fue cerrada la puerta.
El edificio es actualmente sede de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Plaza de Mayo – Bolívar entre el 0 y el 100
Los orígenes de la Plaza de Mayo se remontan a la segunda fundación de Buenos Aires hacia 1580, cuando Garay dividió la ciudad en una cuadrícula urbana que partía de un centro, la “Plaza Mayor”. Alrededor de ella se ubicaban los edificios más importantes: la Catedral, el Cabildo, y el poder político (hoy Casa Rosada). Cada manzana de la cuadrícula estaba asignada o para los primeros pobladores de la ciudad, españoles y criollos, o para la ubicación de las iglesias en la trama.
Hoy, la Plaza de Mayo es testigo de manifestaciones populares y está rodeada por edificios de gran peso institucional, entre ellos bancos y ministerios.
El Cabildo – Bolívar 65
Nuestro Cabildo de Buenos Aires ocupa el solar que Garay le asignó en 1580. Sin embargo, del edificio original poco queda porque con el paso de los años sufrió varios desmembramientos y metamorfosis.
El corazón edilicio del Cabildo es la sala capitular para las deliberaciones. Pero también, como sus funciones lo requerían, en sus inicios albergaba los calabozos para los delincuentes y algunos cuartos para los miembros del Cabildo. El edificio original, cuya construcción comenzó en 1608 y estuvo a cargo del alarife Juan Méndez y del albañil Domingo Herrera, tenía paredes de adobe y techo de paja, que era el sistema constructivo típico de la época en estas latitudes.
Pero ese sistema era precario y el riesgo de derrumbe obligó a que el edificio fuese abandonado hacia 1632. Recién en 1719 el padre Juan Baustista Prímoli realizó los primeros planos para una nueva construcción, aunque finalmente el diseño que hoy conocemos le fue encargado al arquitecto Andrés Blanqui. En 1725, se derrumbó el edificio y ambos trabajaron juntos en la construcción de uno nuevo. Para el Cabildo, Blanqui diseñó un edificio en dos plantas con galerías abiertas en ambos pisos y una torre central.
La torre del Cabildo fue terminada en agosto de 1765 cuando también se colocaron los vidrios y postigos a las ventanas y se sustituyó la baranda de madera del balcón por una de hierro. En 1763 se adquierieron un reloj traído de Cadiz, a un valor de “200 cueros”, y una campana para la torre. Este reloj permaneció en la torre hasta 1856. El gran protagonismo del Cabildo sucedió durante la Semana de Mayo de 1810. En esos días, el Cabildo, institucionalmente contrario a la Revolución, fue el escenario de la gesta que desembocó en la libertad de los pueblos del Río de la Plata.
En 1889, con la apertura de la Avenida de Mayo, tres de las galerías ritmadas por secuencias de arcos fueron acortadas al trazarse la Diagonal Norte, Roque Sáenz Peña. Con esta incisión, la estructura de la torre corría riesgo de derrumbarse, por lo que tuvo que ser demolida. Más tarde, hacia 1931, se demolieron las tres arcadas del lado Sur para permitir el paso de la Diagonal Sur, Julio Argentino Roca.
En 1932, se declaró al Cabildo de Buenos Aires Monumento Histórico Nacional. El arquitecto Mario Buschiazzo se encargó de regresarlo en el tiempo. Basándose en fuentes documentales, pinturas, notas y daguerrotipos, logró retornarlo a los días retenidos por las acuarelas de Leonie Matthis y Carlos Enrique Pellegrini.
Ex residencia particular de Victoria Aguirre
Al cruzar la calle Hipólito Yrigoyen, Bolívar, que es amplia en la calzada circular de Plaza de Mayo, se vuelve más angosta. Luego de pasar el Cabildo es interceptada por el inicio de la Diagonal Sur, donde se encuentran los edificios de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, el edificio de la confitería La Gran Victoria y frente a él, el de la empresa Siemens.
Con dos fachadas que se unen en esquina y tocando con su único muro medianero a la Legislatura, se encuentra la que alguna vez fue residencia particular de Victoria Aguirre. Este edificio, de estilo afrancesado, fue anexado en 1984 al Palacio del Concejo Deliberante y hoy es parte de la Legislatura. Allí funciona en la planta baja el Centro de Documentación de la Legislatura Porteña (CeDom), en Hipólito Yrigoyen 503.
Es fácil confundirse y pensar que La Legislatura ocupó siempre toda la manzana triangular entre las calles Bolívar, Hipólito Yrigoyen y Diagonal Sur. Pero esto no fue así siempre, al menos no hasta que se decidió unir los dos edificios que ocupan la manzana y hacerlos parte de este edificio legislativo. Los indicativos que crean confusión son la similitud en las alturas y alineaciones y la continuidad de líneas, cuestiones que están reguladas por el Código de Planeamiento Urbano. No es casualidad que todo a lo largo de las diagonales (Norte y Sur) se respete la misma altura. Desde cualquier extremo de ellas, y mirando hacia un punto de foco en el otro extremo, hay una perspectiva lineal de la ciudad. Este efecto visual fue creado intencionalmente y deriva de una concepción muy parisina de generar urbanidad. Es que la Buenos Aires de principios del siglo XX intentaba imitar a la cultura francesa.
Confitería La Gran Victoria
El café de La Victoria inició sus actividades en 1820, en la esquina de las actuales calles Hipólito Yrigoyen y Bolívar. En aquel entonces, Hipólito Yrigoyen se llamaba Victoria y el café estaba al 127 de dicha calle, según la Guía de Comercio de 1879. Con el tiempo se fue ganando tierra al río y la numeración cambió (hoy se encuentra al 500).
Era un lugar de reunión de políticos y gente de buena posición económica que adoraba el lujoso local revestido con espejos y decoración típica del Siglo XVIII. Era costumbre de sus habitués, gente de edad y aristocrática, discutir temas políticos en sus mesas. Aquel café cerró en 1879 pero actualmente la esquina sigue ocupada por una confitería moderna “La Gran Victoria”. Otros cafés fueron surgiendo en el mismo entorno con los años. En los pisos superiores de este hermoso edificio afrancesado están las oficinas de una importante empresa inmobiliaria.
Edificio Siemens – Hipólito Yrigoyen 530 y Bolívar
Probablemente lo que más resalte del edificio de la empresa alemana Siemens sobre la calle Bolívar sean los dos autómatas que coronan el remate superior del mismo. Este edificio que data de 1952 fue construido por el arquitecto Arturo J. Dubourg (1912 – 2003), quien realizó numerosas obras en Buenos Aires, Mar del Plata y Punta del Este.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando los bienes de las empresas alemanas fueron expropiados, los colosos estuvieron en el edifico de Avenida de Mayo 869. En 1958 Siemens adquirió el edificio de Diagonal Sur y Bolívar y recién en 1992 los colosos volvieron a manos alemanas y fueron montados en el edificio donde hoy se encuentran. Cada uno mide más de cuatro metros de altura y están hechos de cobre, lo que les imprimió su color verdoso. El reloj debajo de ellos fue reparado y su mecanismo simplificado.
Hotel City – Bolívar 160
Más adelante, en Bolívar 160, se encuentra el imponente edificio art déco de 1931 del City Hotel, construido por Julio A. Noble y Miguel Madero. Recientemente, fue ampliado luego de su adquisición por la cadena NH Hoteles.
En su momento, fue uno de los hoteles más importantes de la ciudad junto con el Plaza. Las habitaciones, distribuidas en once pisos, tenían formato de departamento con uno, dos, tres o cuatro dormitorios y un hall de distribución central.
De gran importancia es la decoración de los diferentes sectores, con estilo Renacimiento español en la entrada, el hall de planta baja y el comedor; Renacimiento inglés en el living room, Tudor en la taberna y estilo Moderno en los Salones de Banquetes del primer y del décimo segundo piso.
La cadena de hoteles NH adquirió el City y lo refaccionó tratando de conservar sus detalles originales. El estudio de arquitectos Urgel-Penedo-Urgel fue el encargado de modernizar el edificio más bajo, sobre Bolívar, que estaba catalogado como edificio histórico. Al investigar los alcances del Código de Planeamiento Urbano en esta zona, descubrieron que la legislación no permitía construir sobre la línea municipal más de ciertos metros de altura. Según su razonamiento llegaron a la conclusión de que lo que el código protegía era la fachada lateral del edificio vista desde Diagonal Sur. Esta limitación constructiva fue un acierto de los reglamentos ya que cualquier construcción que se hiciese en aquella cuadra afectaría la perspectiva lateral de lo que hoy existe.
Augusto Penedo aclaró positivamente al respecto: “Nosotros lo que hemos elegido como camino para no confrontar demasiado es seguir siempre los lineamientos que fija la legislación, toso lo que es Área de Protección Histórica”.
Estaría bueno que en la nota se aclare que la calle Bolivar empieza en Montserrat y continúa en San Telmo. Hay gente que no conoce los límites y se nombran muchos edificios que pertenecen al barrio vecino.