San Telmo: mezcla de creencias además de razas

Un elogio a la diversidad étnica y espiritual del barrio poco conocido, escrito por uno de sus libreros más reconocibles

Venían de lejos, venían de cerca, con sus sueños y esperanzas germinales, en la búsqueda de llenar sus estómagos en este país de promesas. Traían consigo las pocas pertenencias que la distancia les permitía traer y comenzar acá, y así fueron caminando nuestras calles, afincándose en hoteles, pequeñas casas y en los conventillos, mezclándose con los naturales, trabajando con los criollos.
Y así los inmigrantes de ayer, como los viajeros y exiliados de hoy, fueron absorbidos por la modernidad y su globalización. Esta heterogeneidad de razas e idiomas que se forjó en San Telmo junto al crecimiento del barrio, hicieron un lugar que, más que turístico, es multiétnico.

La iglesia ortodoxa rusa, frente al Parque Lezama

La iglesia ortodoxa rusa, frente al Parque Lezama


Desde otros tiempos pero ahora también vienen para quedarse y no ser simples pasajeros de la vida. Aquí van descubriendo su lugar en el mundo, en este barrio tradicional de modernidad y también de lentitudes provincianas. Y no siempre el hombre que vino era –ni es– de grandes ciudades, sino muchas veces de algún pequeño rincón de este planeta.
Pero de donde hayan venido, sean cualesquiera su raza o color, la mayoría de ellos junto a su equipaje y a sus sueños trajeron su fe en algún Dios y sus creencias. Lo trajeron con sus distintos credos, con sus diferentes ritos. Dios no ocupa espacio y venía acompañando a los que en él creían y creen.

La sinagoga de la calle Piedras

La sinagoga de la calle Piedras

Con el tiempo fueron construyendo templos acompañando a los ya existentes: una sinagoga en calle Piedras*, una iglesia ortodoxa rusa** frente al parque Lezama, las nuevas migraciones latinoamericanas con su templo evangélico en la calle Bolívar al 900, entre otras.
Es sano sentir que en este barrio o esta comunidad multiétnica exista esta multiplicidad de creencias además que también sus templos enriquecen a la belleza y la arquitectura del lugar. Es sano vivir donde la gente respeta las creencias del otro y por lo tanto se respeta a si mismo.

—Jorge Luis Guerra S., vecino y guardián de día de la librería El Rufián Melancólico

Jorge Sierra en el Rufián Melancólico

Jorge Sierra en el Rufián Melancólico

 

*La sinagoga sefardí de la calle Piedras es oficialmente el Templo de la Asociación Sefardí Israelita Latina de Buenos Aires (ACILBA). Hoy sólo abre sus puertas para fiestas y eventos especiales, donde se puede apreciar una riqueza arquitectónica inspirada en parte por la sinagoga de Florencia, Italia. El templo fue inaugurado en 1919 por la comunidad judío marroquí en Buenos Aires, encargado al arquitecto italiano José Tartaglia. Fue el primero construido para la colectividad sefardí en Sudamérica, y también fue el más impresionante en ese momento. Esta colectividad de judíos sefardíes llegó a la Argentina a fines del siglo XIX y se asentó en San Telmo donde gran parte de la vida comercial de la ciudad se hallaba dada su cercanía al puerto. La colectividad y su templo tuvieron una vida cultural tan importante que Alberto Einstein lo visitó en 1925, y la ACILBA sigue siendo una institución cultural activa para los judíos sefardíes de Buenos Aires.
**La Catedral de la Santísima Trinidad, también conocida como la Iglesia Ortodoxa Rusa (Brasil 315) fue fundada en 1888 para asistir a la creciente población de griegos, eslavos (dalmatas y montenegrinos), y sirio-libaneses de esta rama antigua del cristianismo. En ese momento no existía ninguna iglesia ortodoxa en Sudamérica, y por eso la comunidad ortodoxa envió una petición al Zar Alejandro III solicitando un sacerdote ortodoxo al continente para que pudieran realizar sus ceremonias religiosas. En 1888 la primera misa ortodoxa en Sudamérica se llevó a cabo en una sala de la calle Talcahuano. Después de una campaña ardua para recaudar fondos de la comunidad ortodoxa local y en Rusia (incluyendo una donación del Zar Alejandro III de 16.000 pesos), la iglesia que hoy conocemos fue bendecida en 1901 en la presencia del Presidente Julio A. Roca. En 2001 fue declarada Monumento Nacional. Para más información y visitas guiadas: www.iglesiarusa.org.ar

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