San Telmo místico: ¿marca o barrio?

San Telmo siempre alucina. Habría que analizar a que se debe esta situación, si sucede solo por las impresiones tomadas del visitante u observante, o si las características propias del lugar son las que le otorgan esa mística.

¿Cómo se menciona comúnmente a San Telmo? A San Telmo se lo conoce así a secas, como si fuera una marca: San Telmo. Pero en esta denominación se encuentra ausente un elemento. San Telmo es el nombre de un espacio de la cuidad denominado barrio, por lo cual la mención completa debería siempre ser: El barrio de San Telmo.

¿Por qué este interés de anteponer la noción de barrio a San Telmo?, ¿tal vez porque lo merezca?, ¿tal vez porque sea la verdadera fuente que le otorga vida? Tratemos de repasar un poco como se encuentra San Telmo hoy y que características posee.

Existe una gran oleada de inversores de distinta índole, San Telmo crece, se abren locales de todo tipo y se intenta construir lo que sea. Pero muchas veces este interés es económico, motivado por la marca registrada San Telmo, pensado desde el beneficio que puede llegar a dar invertir x cantidad de pesos. Si bien este punto es importante, en principio no sería el más relevante al considerarlo desde la noción de barrio.

En San Telmo también hay gente común y corriente, que vive en sus casas o departamentos en familia, que van a sus trabajos, llevan a sus hijos al colegio, que hacen las compras de víveres diariamente, familias que disfrutan de vivir en este barrio. Todavía hay, y esto es hermoso, personas de avanzada edad, ellos le dan el brillo que históricamente tuvo el lugar.

En San Telmo también hay conventillos, casas tomadas y hoteles familiares, las personas que habitan esos lugares son como cualquier otra, con la diferencia que tienen otro tipo de necesidades básicas a cubrir. Tal vez no todos tengan empleo, tal vez no todos puedan comprar sus víveres diariamente, tal vez no todos sus hijos puedan ir al colegio.

San Telmo todavía posee verdulerías, carnicerías, despensas, almacenes, licorerías, bares y lugares para comer al mejor estilo barrial de cualquier lugar de Buenos Aires de antaño.

El turismo extranjero se hace notar mucho, dándole una pincelada cosmopolita al barrio, y es albergado por una gran cantidad de hostels, hoteles e inclusive en departamentos para residir por tiempos prolongados.

Las posibilidades de divertirse para jóvenes, adultos y mayores, son más que abundantes, lugares nocturnos, bares, espacios de interacción cultural, etc.

Sumada a las casas de antigüedades siempre presentes, es maravilloso ver como los fines de semana San Telmo se tiñe de artesanías, como cambia drásticamente, como se vuelve peatonal.

Es increíble ver entre semana como se transforma el barrio en los distintos momentos del día, cuando todavía hay luz natural es notorio el gran afluente de tránsito y personas que circula por sus calles. Sin embargo de noche, y de a poco, muta a esa situación un tanto más barrial, más de entre casa; y a la vez no, por que mientras más se adentra la noche el escenario vuelve a cambiar.

En fin, lo interesante de estas características de San Telmo no es verlas una a una por separado, sino todo lo contrario, verlas como realmente se dan, conviviendo todas juntas en todo momento, todas integran esta unidad amorfa y diversa que es San Telmo.

Es en esta sumatoria de realidades donde me resisto a abandonar la idea de que San Telmo ante todo es un barrio. En él conviven infinidad de historias, de lugares y personas que se interrelacionan. San Telmo es más que una marca; antes fue, hoy es, y espero que siempre sea, un barrio. En él hay vida y al caminar por sus calles se sienten los latidos. Creo que por esto siempre alucina.
—Martín Cuevas