San Telmo Traducido (español): ¿Elegimos distintos San Telmos o uno solo?

Cuando me pregunto: “¿por qué elegir San Telmo?”, me encuentro con lo que es para cada uno. Para mí San Telmo es el vecino, el grafiti, el tango, el mate, las ferias, las antigüedades y los colores. Es un barrio de empresarios, artistas, turistas, personas en situación de calle y gente que vive en el barrio desde hace muchos años o solamente algunos. Es el barrio donde la historia y los problemas sociales están visibles en las calles y los muros, donde la siesta todavía existe, donde la gente se queda sentada afuera de su tienda escuchando tango. Es el barrio donde las fronteras se esfuman, donde el turista camina al lado del mendigo, donde Havanna está en frente de una tienda de antigüedades, donde a veces parece que el tiempo se paraliza.

Tango en un mural de Belgrano y Paseo Colón. Foto: Tessa Hebinck

Tango en un mural de Belgrano y Paseo Colón. Foto: Tessa Hebinck

Durante el mes que trabajé como voluntaria en “El Sol de San Telmo” vi distintas caras de este barrio:

Por un lado, estaba la cara producida por el dinero y el turismo, la cara a la que se refirieron las personas que me dijeron: “no es lo mismo hoy que antes”. Parece que en esta época globalizada, las puertas de San Telmo quedan abiertas y no se pueden evitar las consecuencias: algunas costumbres se están perdiendo. Paradójicamente, los turistas vienen a San Telmo por su autenticidad –“es el Buenos Aires puro” dijo uno-, además de por sus pintorescas ferias y el tango en las calles.

Por otro lado, mucha gente sigue eligiendo San Telmo para vivir o trabajar. Después de algunas conversaciones me quedó claro que los vecinos están muy orgullosos de su barrio, sobre todo por su historia y por todavía ser barrio.

Tango en la calle Defensa. Foto: Tessa Hebinck

Tango en la calle Defensa. Foto: Tessa Hebinck

Personalmente, disfruté de su ambiente informal, relajado y acogedor, donde la gente en los bares, los museos y las tiendas siempre intentó adivinar mi nacionalidad y respondía “ah, como Máxima”, cuando decía Holanda. Pero para alguien como yo, San Telmo a veces también era un choque. En algunos lugares la gente me miraba de una manera que me hacía sentir incómoda, y la pobreza era también difícil de ver para mí.

Aunque los motivos por los cuales los turistas eligen San Telmo parecen diferentes a los de los residentes, yo creo que son compatibles. Por lo que vi, al vecino le gusta compartir y expresar su orgullo por el barrio, mientras los extranjeros quieren conocerlo mejor. El vecino quiere contar y el visitante quiere escuchar y aprender. Los dos son conmovidos por la historia y la vivencia de este lugar. Definir el punto de encuentro podría ser un buen desafío para el futuro.

Una sociedad se desarrolla en base a compartir normas colectivas y una historia común. Yo creo que San Telmo tiene una fuerte identidad, pero definir esta identidad es un proceso continuo. No es posible frenar el cambio, pero sí es posible comunicar entre todos y formar una identidad nueva para las nuevas generaciones. Quizá la comunicación sea la llave al futuro de San Telmo.

Un día, me senté en el Bar Británico para tomar un café y todas las personas que entraron parecían conocer a alguien adentro. En un momento todo el bar estaba en conversación uno con el otro. Era una imagen muy divertida y para mí muy característica de San Telmo.

—Tessa Hebinck

Tessa Hebinck

Tessa Hebinck

Luego de completar sus estudios de Historia de Relaciones Internacionales en la Universidad de Utrecht –Holanda-, Tessa Hebinck vino a Buenos Aires para conocer la Argentina. Estudió español en Amauta Spanish School e hizo un voluntariado de un mes con “El Sol de San Telmo” en agosto de 2010, antes de partir de viaje hacia el Norte y el Sur del país. ¡Gracias Tessa!

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