¿Se puede educar en estos tiempos? ¿Cuáles son los desafíos?

Estas preguntas y otras más nos suceden día a día al comenzar la tarea en la escuela, ya sea en el nivel inicial, primario o secundario. Todo el tiempo hay que convencerse que es posible, si no sería inviable estar en la clase.

¿De qué nos tenemos que convencer? De ser capaces de co-educar, de que somos necesarios y necesarias para que la infancia de hoy logre ser lo más libre posible, lejos de la vorágine y de las preocupaciones de los adultos. Respetar sus tiempos de juego, enseñar con empatía, compartiendo emociones y construyendo ciudadanía, por ser la escuela el escenario por excelencia.

Educándolos en la REALIDAD, en el aquí y el ahora, para que la realidad virtual sea eso, solo virtual. Ofrecerles oportunidades de subjetivación, de contacto real con otros, invitándolos a asombrarse por cada cosa que desean aprender. Que juntos, desde la curiosidad por aprender, podamos descubrir el mundo que nos rodea. Esto no lo ofrece una pantalla, solo la mano, la mirada y el acompañamiento de un docente lo puede lograr.

Ese vínculo de apego solo lo genera otro adulto que humaniza, que respeta la asimetría necesaria entre adulto y niño y que puede darle la seguridad necesaria para crecer y cuidar el deseo de aprender.

Grandes son los desafíos que tenemos los docentes en estos tiempos de cambios, pero enormes son también las satisfacciones. Lo vemos cuando en la mirada tierna de un niño que confía en nosotros y con un alegre ¡¡Hola!! ¡¡Hola!!… no dejan de repetir esto cuando pasan a tu lado y con esa fuerza que nos trasmiten, nos animan a afrontar cada día que se inicia.

El 11 de septiembre recordamos a Domingo F. Sarmiento que supo enfrentar los desafíos educativos de su época. A todos y todas las docentes ¡¡Feliz día!! ¡Siempre se puede!

Lic. Elvira Milano

Directora

Instituto Integral del Sud

 

 

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