“Si yo fuera alcalde”: Algunas ideas para generar una ciudad más sustentable
El crecimiento incontrolable de la ciudad de Buenos Aires, la problemática ecológica, el colapso general del transporte y el mal manejo de las economías regionales y su relación con el capital especulativo dan como resultado una situación actual en la cual hay que ponerse a trabajar de forma activa para provocar un barrio, una ciudad y un país más sustentable.
San Telmo nació con Buenos Aires, pasando de ser el barrio de las clases pudientes, al éxodo por la fiebre amarilla y a la ocupación de distintas colectividades de inmigrantes que dejaron sus marcas en el barrio.
Esta diversidad de clases y culturas es lo que hoy sigue identificando a San Telmo con una población en constante rotación, donde se mezclan la nueva bohemia, el vecino histórico y los nuevos capitales especulativos. Es interesante que a la antigua plaza de carretas, hoy la Plaza Dorrego, en un momento se la llamó la Plaza de Comercio —nada diferente de lo que hoy pasa, ¿no? Y ni hablar de Defensa, que fue una de las primeras calles de la ciudad y se convirtió en la linealidad comercial de un barrio que todavía no encuentra una clara unión entre sus vecinos como para poder planificar… no una calle solamente, sino un Casco Histórico.
La cuestión del tránsito. El uso del transporte genera contaminación ambiental y contaminación audiovisual. Para dar respuesta a esta problemática, se podría pensar en reformular los antiguos tranvías y proponer un sistema de transporte eléctrico o de energía alternativa que no contamine y que además le devuelva el carácter histórico al barrio. También sería bueno fijar un límite de vehículos privados en la zona, establecer un permiso de circulación para los vehículos de los vecinos del barrio, y derivar el transporte público a las avenidas grandes que integran el Casco Histórico, dejando caduca la circulación del mismo por las calles internas.
Contención social. Durante muchos años la inmigración al centro porteño generó un impacto social y medioambiental insostenible, produciendo un colapso en la infraestructura de servicios. La pobreza y el desempleo generan un deficiente sistema sanitario y educativo, y un medio ambiente degradado. Para segregar más aún, la especulación inmobiliaria de los últimos años generó un barrio cada vez más cerrado y eso es justamente lo que no necesitamos. La clase baja queda exenta del centro de consumo, abandonada y relegada a la precariedad, y esta precariedad perpetúa el ciclo de contaminación y erosión de infraestructura. Es decir, economía, ciudad, educación, seguridad y política van de la mano en el desarrollo del tejido urbano.
Espacios públicos e integración social. Una ciudadanía activa y una vida urbana vibrante son componentes esenciales de la identidad cívica de una ciudad. Una fuerte comunidad se aprecia en el espacio público mismo y es por eso que éste debe revitalizarse y es necesario que lo podamos utilizar todos. En vez de peatonalizar solamente una calle (San Telmo es mucho más que la calle Defensa), tal vez sería mejor peatonalizar todo el Casco Histórico y que este proceso se enriquezca con la participación social de cada uno de los actores de la comunidad.
Podemos tomar como ejemplo otros núcleos urbanos históricos peatonalizados donde existe una vida cívica activa. Ciudades como Granada con su Albaicín o Lisboa y sus barrios Alfama y Carmo hablan por sí solas, pero no es necesario ir tan lejos, basta con mirar Curitiba, Brasil, o Colonia del Sacramento en Uruguay, en vez de tomar como ejemplo el desarrollo al estilo norteamericano, cuyos suburbios de barrios cerrados con seguridad privada acentúan la exclusión social.
Conciencia verde. Es necesario generar una conciencia renovable y reciclable para contrarrestar el aumento de consumo. Reciclar materiales, reducir gastos y conservar energías agotables es la clave de una ciudad sostenible, que también debe ser poblada y compacta para reducir los transportes público y privado. Una ciudad compacta genera barrio, genera sociedad y la necesidad de compartir los espacios públicos, pero todo dentro del marco de una buena planificación.
Existen formas de reducir el consumo de recursos que podrían ser implementadas en una planificación urbana más verde: el reciclaje municipal de desechos y residuos, la reutilización de las aguas del alcantarillado para riego, sin necesidad de desperdiciar el agua potable, y utilizar la luz solar para reducir el empleo de electricidad que se podría derivar al transporte urbano.
Flexibilidad del patrimonio edificado. Las ciudades son flexibles y cambiantes, por consiguiente sus espacios deben ser flexibles, sobre todo cuando existen nuevas propuestas sobre el patrimonio edificado. De hecho, historicismos de la arquitectura se han reformulado siendo hoy grandes obras como el Museo de Orsay en París. También es interesante yuxtaponer obras de diferentes épocas o renovar las ya establecidas, así como también darle a obras modernas un lugar armonizado con el entorno histórico. Lo más importante, en mi opinión, es que un edificio represente historia y no herencia. Por todo esto es importante la participación de la sociedad en la construcción de las ciudades.
—Arq. Alejandro Vignapiano, vecino y dueño del Argot Gotan Bar
También sería bueno que personas como vos se vayan del barrio porque no es este lugar el que están buscando, NO se entiende por qué tenemos qué cambiar nosotros de acuerdo a los gustos de ustedes que vienen buscando lo que no hay. Si no van a entender lo que es nuestra vida barrial, mejor se van. Cuántos años tenés querido Alejandro? Cuantos años tenés en San Telmo? Si vos fueras alcalde sería una tragedia. Qupe sabés de urbanismo?
Rescato el tema del «espacio público» y la «participación vecinal» que Alejandro (autor de la nota) propone.
AGREGO: Las decisiones que tome un gobierno (el Estado) deben ser teniendo en cuenta las necesidades de todos los habitantes que lo componen (auqnue toda decisión implica siempre establecer un orden de prioridades, y por lo tanto nunca podrá satisfacer a todos) y eso fue lo que faltó (y todavía falta) en el PPP que se quiere aplicar en la zona, y resultó en el «traumático» re-empredrado de calle Defensa (y todos lo nuevos «adornos» que se le van agregando, que no se sabe si son real necesidad urbana o simplemente capricho).
Traumático en muchos sentidos porque también generó rispideses y malosentendidos entre nosotros.
No digo que todos tengamos los mismos intereses, es claro que no, pero por eso mismo nos merecemos un DIALOGO, para volver a tejer una red que construya una NUEVA IDENTIDAD, teniendo en cuenta la Historia, pero también el presente y el futuro: los vecinos y comerciantes de años y los vecinos y comerciantes nuevos.
Al Sr. ANTONIO BORON: con todo respeto, la misma pregunta que usted le hace al (supuesto) nuevo vecino Alejandro, se la hago yo a USTED: cuántos años tiene y cuánto tiempo hace que vive en el barrio ? porque debe saber muy bien que San Telmo acaba de cumplir 203 AÑOS, por lo que es claro que usted , como todos, alguna vez fue NUEVO, un recién llegado, y que cuando usted llegó el barrio no tenía nada que ver con el de 50, 100 o 150 años atrás.
Es claro que el cuidado del PATRIMONIO y la puesta en VALOR de su HISTORIA conforman la agenda ineludible del presente, y que todos debemos estar involucrados («nuevos» y «viejos») para que no sean «otros» los que tomen las decisiones que nos afectan directamente a nosotros. Pero en lo que no estoy de acuerdo es que alguien (o algunos) se adjudiquen la pertenenecia de la identidad del barrio, o que den por sentado la superioridad de su necesidad por sobre la necesidad de otros actores sociales.
En todo caso LO DISCUTIMOS y lo NEGOCIAMOS, NOS ESCUCHAMOS. Hay muchísimas cosas que no sabemos del otro (en un barrio tan diverso como este, tan dinámico en su historia), hay necesidades que no tenemos en cuenta porque no las conocemos.
Entonces, lo mismo que le pido a ALEJANDRO (a quien apenas conozco y sabemos que no coincidimos en todo) también se lo pido a ANTONIO BORON (a quien no conozco) : que ESCUCHEMOS las necesidades, que conozcamos los intereses de los otros. No tenemos por qué coincidir, pero nos merecemos hacer un esfuerzo para salir de nuestro cómodo PREJUICIO.
Muy bueno el nuevo número Cat, felicitaciones!
Edio Bassi
vecino y comerciante