Solo no puedo

Estimado Público con mayúsculas, hace alrededor de dos años que estoy luchando por algo que me parece una aberración.

Se trata de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha decidido quitar las chapas históricas que identifican las calles, reemplazándolas por unas nuevas de color negro con letras blancas. El criterio de “desaparecer” el pasado, es realmente preocupante, más si se trata de un hecho estético dadas las circunstancias desvalorizantes, denigrantes, depredadoras y destructivas que el hombre ya tiene y en especial en un país como el nuestro, tan rico arquitectónicamente y tan lastimado y tantas cosas más en lo referido a la conservación de nuestro patrimonio edificado.

La falta de respeto y de apoyo -al menos para reconocer el error y tratar de enmendarlo-, están al orden del día en materia de dar lugar a mis denuncias. En definitiva, el GCBA ha hecho oídos sordos a este pedido o denuncia que vengo haciendo. En una de las reuniones donde convocan a vecinos, micrófono en mano, le expresé al mismísimo Rodríguez Larreta -antes de que siguieran con este nefasto proyecto depredador- lo que sucedía a lo cual no hizo ningún tipo de comentario.

Creo que mi lucha debería contagiar a otros ciudadanos que posean el mismo pensar, sentir, para que sumando voluntades podamos conseguir frenar y reincorporar -por parte del Gobierno de la Ciudad- las chapas históricas robadas de las calles impunemente.

No quiero omitir que al no obtener tampoco resultado de mi denuncia en la Comuna 1, me dirigí a la Fiscalía e hice lo pertinente. La respuesta fue: Que el expediente se archivará por no encuadrar en ninguna conducta tipificada en el código convencional ¿O sea que el robo de las chapas históricas y el gasto innecesario de las nuevas, es legal?

Porque no sabemos dónde van a parar nuestra chapas… ¿Al mercado “negro” del coleccionismo? ¿A la casa de algún tilingo de turno que lo expone a sus amiguitos como botín de guerra? ¿Quién sabe? Vi en Mercado Libre que había algunos anunciantes que las vendían, les dije que era un delito vender algo perteneciente a la ciudad, me respondieron que me denunciarían por injurias ¡El mundo al revés! Si solo nos detenemos un instante a pensar el doble negocio detrás de esto ¿Cuántas chapas hay en la ciudad y cuántas faltan? Muchas.

Solo sé que el dolor y la bronca que me causa ver la ausencia de las chapas, me recuerda al genocidio. Queda la marca de ellas, el vacío, el reemplazo inmundo, la estupidez humana reflejada en cada esquina.

He visto la extracción de ellas conjuntamente con la ausencia de las nuevas. He visto las dos chapas, la vieja y la nueva conviviendo (es el caso que más me gusta) y he visto el vestigio de la chapa vieja y la colocación de la nueva en casi todos los casos desnivelada (obsérvenlo y verán que no le miento) y, por último, he visto calles que nunca tuvieron chapa y que siguen sin tenerla ¿Cuál es el criterio entonces? Insisto, creo que el negocio es el único criterio.

Me llamó la atención el silencio del Jefe de Gobierno de la Ciudad y también de las autoridades donde puse en el tapete mi preocupación ¿Será que falta un poco de amor por lo nuestro? Sí falta y la ignorancia es parte del asunto, pero ese es un tema más amplio.

Saludos cordiales para todos. Federico Poncerini

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