Sumario #53 – nuestro lugar, nuestro compromiso
Un barrio para atreverse. Ese es San Telmo. Un barrio que es emblema, que es factible de mejora, dueño de una idiosincrasia particular. Así comenzamos este número, hablando de nosotros, del sentimiento de pertenencia, de sentir el barrio como parte nuestra, como leerán en: Nuestro lugar, nuestro compromiso, al tiempo que la autora rememora sus lugares otrora distintos.
“Hay como una doble moral sobre los chicos de la calle”, afirma el autor de El CAINA, un puente entre la calle y un futuro mejor; un espacio donde chicos en situación de calle son contenidos, alimentados y reciben educación. Doble moral de sentir “incomodidad” de ver niños y jóvenes viviendo en las calles, experimentando la desigualdad social. Él, seguramente, no es el único que ha notado esta situación ¿Alguien puede no haberlo visto? Asimismo una vecina hace presente el tema en Odiosas comparaciones, donde manifiesta que “…en situaciones límite, el hombre vuelve a su estado primitivo”. La nota deja entrever cuánto de similitud tiene el hecho de vivir en la calle, si nos remontamos a los principios de la existencia humana aunque hayamos transitado tantos siglos de historia.
Sin irnos tan lejos en el tiempo, hace dos siglos, superada la problemática de la “supervivencia” y exacerbadas las ansias colonizadoras de los primeros habitantes, de alguna manera se vuelve al estado primitivo en el que se mata por dominar y -de esta manera- se da fidelidad a un líder. Esta lucha desalmada, fue la que llevó el militar Cuitiño, el salvaje en Buenos Aires.
Pero también la historia nos trae recuerdos más felices, como el de la herencia africana que ha permanecido en San Telmo desde el siglo XIX. La cultura afro-argentina habita el barrio y con ella el singular sonido del candombe, presente siempre en nuestras calles.
Por otro lado, San Telmo tiene en su “corazón” su plaza -pequeña, pero muy reconocida-, visitada por turistas y sede de distintas ferias que se realizan durante el año, la Plaza Dorrego… ¿Y Dorrego? En esta nota, la autora repasa no solo quién fue el patriota que dio su nombre a este peculiar lugar, sino exterioriza un obvio pedido.
El arte también se define en el barrio con creadores que lo eligen por su idiosincrasia, por ser su inspiración o, sencillamente, por amor a San Telmo. Entre ellos se encuentra la diseñadora Vicki Otero, quien se destaca por buscar -en lo suyo- lo diferente a la tendencia, lo atemporal. Sus diseños son creaciones artísticas. En “No me importa la moda” les contamos más de esta particular diseñadora.
Elmasa Alcalde, dibujante, docente, amante de las Letras, es una artista octogenaria que en sus dibujos vuelca sus vivencias, sus recuerdos y sus sentimientos. El barrio es para ella, el contexto que le da la libertad de armar todo a su alrededor. Su nombre es el de Una gema inconmensurable. Asimismo, en Big Sur: cuando el arte está en buenas manos, sus protagonistas nos cuentan sobre este proyecto de gestión donde decidieron mostrar Latinoamérica, echando por tierra el estereotipo de pobreza.
En contraposición a cualquier expresión artística, nos conmueve el surgimiento de pintadas ofensivas en fachadas y paredes. No son grafitis sino, simplemente, palabras agraviantes. Este tema lo leerán en Grafitis, contaminación visual en San Telmo y algo más.
El Sol es el diario del barrio, de todos los vecinos. Por ello los invitamos a participar de nuestras reuniones abiertas, para aportar ideas e historias. También pueden escribirnos a [email protected] y visitar nuestra página www.elsoldesantelmo.com.ar